AVISO DE CURVA

Lecciones de Durango y Veracruz

Los resultados electorales del domingo en Durango y Veracruz dejaron tres lecciones con pistas sobre lo que podría ocurrir en las elecciones de 2027. Ambas entidades se convirtieron en laboratorios políticos.

Primera: a juzgar por el número de municipios perdidos y el porcentaje de votos en ambos estados, Morena mostró una pequeña grieta que entusiasmó a la oposición. Los dirigentes opositores —e incluso alguno de los actuales aliados de Morena— ya especulan que ganar futuras contiendas no es imposible.

Segunda: al comparar los resultados en coalición y en solitario, el PRI y el PAN parecen condenados a mantener un matrimonio de conveniencia.

Por separado, el PAN cayó a la tercera fuerza en Veracruz, detrás de Morena y Movimiento Ciudadano, pese a haber gobernado alguna vez ese estado. El PRI fue desplazado hasta la quinta posición, incluso por debajo del PT, antes considerado un partido pequeño.

Es cierto que el PAN ganó en 34 ayuntamientos y el PRI en 23, pero la realidad es que ambos quedaron muy lejos de las expectativas de sus dirigencias.

De haber sumado fuerzas, posiblemente habrían sido la segunda opción electoral, y tal vez hubiesen competido con mayor éxito frente a Morena, como ocurrió en Durango.

En la tierra del general Francisco Villa, la alianza PRI-PAN no solo ganó dos de las tres ciudades más pobladas, incluida la capital, sino que también se consolidó como la primera fuerza política en votos y municipios.

De cara a 2027, la lección para ambos partidos opositores parece clara: sus dirigentes, Alejandro Moreno y Jorge Romero, deberán romper el hielo que se formó tras la elección presidencial de 2024.

Una alianza no garantiza nada, como se vio el año pasado, pero dos partidos debilitados podrían formar un frente mediano y tener mayores posibilidades de competir en coalición.

Al menos así tendrían mayor alcance en más distritos y gubernaturas frente a Morena. Además, si lo ocurrido en esa entidad se repite en 2027, no debe subestimarse el peso electoral del PT si compite por su cuenta, ni el de Movimiento Ciudadano, que estoy casi seguro irá solo.

Tercera: Las sorpresas fueron el PT y Movimiento Ciudadano.

El PT, al competir por su cuenta en Veracruz, ganó 28 municipios —casi la mitad de los que obtuvo la alianza Morena-PVEM y cinco más que el PRI—. Incluso triplicó los votos recibidos en coalición en las elecciones municipales de 2021. Estos resultados seguramente llevarán a su dirigente, Alberto Anaya, a considerar contender por separado en 2027.

Sin embargo, lo de Movimiento Ciudadano fue de antología. En Veracruz, el partido fundado por Dante Delgado se convirtió en la segunda fuerza en una de las entidades con más votantes. Asimismo, cuadruplicó el número de municipios ganados y casi triplicó su porcentaje de votos en comparación con 2021.

Los naranjas también se hicieron presentes en Durango, donde duplicaron los sufragios obtenidos en 2022. Además, y esto es políticamente significativo, se adueñaron del segundo lugar en los municipios más poblados. En la capital, Movimiento Ciudadano relegó a la alianza encabezada por Morena hasta la tercera posición. En Gómez Palacio, superó a la coalición PRI-PAN.

Se me ocurren al menos otras diez lecciones de Durango y Veracruz, pero sigo pensando que estas tres sintetizan lo sucedido, pues mezclan la curiosidad periodística con un poco de prospectiva electoral.