EL TEMIDO PROVOCADOR

Comúnmente en cualquier situación en la que nos encontremos, aparece como un fantasma la controversial figura del provocador, esa persona que con sus comentarios provoca incomodidad, se percibe a todas luces que sus comentarios no son genuinos, su único propósito es atraer la atención y con ello, ganar seguidores. Es obvio que su intención es provocar revueltas para boicotear la situación. Un provocador actúa con la intención de lastimar el estado emocional de su víctima, para que la decisión que tome sea a su favor, actúa como una incitación a la ira o al deseo sexual, provocando caos y por supuesto un gran desorden.

El diccionario de la Real Academia Española define al provocador como la persona que incita, estimula o excita. Trata de promover reacciones, actos radicales o revueltas. En la psicología se define como la persona que deliberadamente busca generar controversia, incomodidad o respuestas emocionales en otros, con el fin de obtener atención, manipular o causar daño. La conducta que presenta se puede ir al extremo desde un galanteo descarado hasta la instigación.

Los provocadores se encuentran en diferentes espacios como: los juegos deportivos, por supuesto en la política, también en la economía, lo asombroso es que tiene seguidores que apoyan su conducta de confrontación y alboroto, causando inseguridad para apoderarse de algún cargo o para conservarlo. Su personalidad posee un estilo de rudeza y violencia.

Según los estudiosos del tema han clasificado el comportamiento de los provocadores en: Los violentos, que son personas que utilizan la intimidación para lograr sus metas, como los guerrilleros o los terroristas. Los idealistas, presentan la imagen de salvadores de la humanidad, son soñadores que adoptan un dogma y quieren implementarla a costa de lo que sea. Los políticos, agrupan a personas para obtener poder. Los intelectuales, crean un lenguaje e ideas que incitan al conflicto. Observe a su alrededor y estoy plenamente segura de que los encontrará.

Algo importante de resaltar es que no todos los provocadores deben ser temidos por perversos, existen algunos buenos que se rebelan contra lo que hace daño, este tipo de provocador está de acuerdo que la sociedad necesita de personas que innoven, que refresquen, que nos provoquen a pensar diferente que ayudan a crecer, como las innovadoras ideas de Charles Darwin el naturalista británico, que asombro al mundo con su provocadora (en su tiempo) teoría de la Evolución, o Luis Buñuel que su intención era causar una deliberación intensa en el espectador, provocando con sus escenas cuestionar los valores, la religión. Nos invitan a cuestionar los cánones establecidos por la sociedad.

Los provocadores que vulneran nuestra existencia son lamentablemente en la realidad una minoría, nos enseñan como la mayoría de las personas viven bajo el dominio de ideas. Todas las propuestas se encuentran en libros escritos por autores cuyos nombres se desconoce. Desafortunadamente existen en nuestro mundo una gran cantidad de provocadores indeseables, que persiguen el poder a toda costa y por todo medio usando a otros. Hay que estar atentos con estos personajes para no dejarnos manipular y evitar formar parte de sus seguidores.

Es recomendable evitar a los provocadores violentos que incitan a las discusiones sin sentido, mantener la calma, no discutir, enfrentarlo con la cortesía, amabilidad para evitar enfrentamientos inútiles y sin sentido, no vale la pena enfrentarlo, así evitará, mi estimado lector, que su comportamiento negativo le afecte, simplemente escúchelo y sus intenciones serán frustradas por no caer en su juego.

 

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Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.