CÓMO DIRÍA MI ABUELA

“Hacen circo”…

Las reuniones familiares en casa de la abuela estaban llenas de comida, baile, juegos y amor. Por eso, nos sentíamos seguros de hacer cualquier cantidad de cosas para entretenernos, puestas en escena, parodias de canciones, bailes locos, chistes, etc. Mi abuela, que tenía un sentido del humor simple, estallaba en risas y nos decía – qué ocurrentes son, “hacen circo, maroma y teatro” palabras que, sin lugar a dudas, nos alentaban a seguir con nuestras bromas y juegos.

El 8M es una fecha de contrastes que nos confronta con distintas realidades. Por un lado, la indiferencia de la sociedad ante la violencia contra las mujeres, por otro, las marchas y diversas manifestaciones de quienes buscamos visibilizar la profunda desigualdad que aún en 2025 vivimos y, el purple whashing por parte de empresas, marcas y autoridades, que se ponen un lacito o se visten entero de morado y ya con eso pretenden ser feministas y realizar acciones a favor de las mujeres. Pero las cosas se demuestran con hechos, no con palabras y ahí es donde, como diría mi abuela “hacen circo maroma y teatro” para intentar cubrir el pacto patriarcal que persiste aún en nuestros días.

Para muestra, la resolución que tomó la cámara de diputados.

El circo estaba montado: El Palacio Legislativo de San Lázaro estaba dispuesto para que en él se discutiera y votara quitar el fuero a Cuauhtémoc Blanco y que así, este pudiera hacer frente a las acusaciones de violación en grado de tentativa por parte de su media hermana, ante la fiscalía.

Las maromeras fueron todas las diputadas que se prestaron para la burla a las víctimas, porque no estamos hablando solamente del caso de Blanco, sino de los que ocurren día con día en nuestro país en los que las mujeres somos objeto de violencia por parte de nuestro profesor, jefe o alguna autoridad, es decir, hombres que se encuentran en posiciones de poder frente a nosotras y se aprovechan de ello para violentarnos a sabiendas que nada va a pasarles.

Las maromeras, diputadas que días antes se presentaron vestidas de morado a trabajar,  subieron sus fotos a redes sociales, usaron la bandera del feminismo para decir que “llegamos todas” y que ahora sí, llegó el tiempo de las mujeres, y que, llegado el momento de la verdad, se prestaron para el circo que se montó aludiendo que la carpeta no estaba bien integrada, argumentando que ahora la particular tendrá la oportunidad de acudir ante el fiscal y solicitar que la carpeta sea integrada de manera debida y que nuevamente pueda acceder a un proceso de desafuero, como si fueran enchiladas, como si no estuviéramos viendo que las autoridades buscan hacer de todo para evadir su responsabilidad cuando se trata “del club de Toby”.

El mensaje fue muy claro: tienen miedo que el desafuero de uno tenga un efecto de cascada y entonces quién sabe cuántos más pudieran enfrentarse a la justicia, de manera que, utilizando a las mujeres que forman parte de su bancada emiten  un discurso en el cual hablan que están a favor de las víctimas y que por ese motivo no pueden votar para que se quite el fuero a un violentador, porque entonces este violentador quedaría libre por una carpeta mal integrada, lo dijeron hasta el cansancio, así como dijeron hasta el cansancio que “llegamos todas” intentando decir que porque tenemos una presidenta y tenemos paridad en números entonces ya tenemos igualdad, ya tenemos derechos y ya es más fácil acceder a la justicia.

Es así como subió el telón, para dar paso al actor principal, el diputado Cuauhtémoc Blanco, pidiendo que se le escuche, que está ahí para dar la cara y que él con gusto acudiría a la fiscalía; claro, porque sabe perfectamente que va a acudir como una autoridad investida de poder, con toda la impunidad que le regalaron las mujeres de la cámara de San Lázaro, las bancadas del PRI y MORENA.

Y todo esto ocurrió en el marco del día 25 de marzo, nada más y nada menos que en el mes de la mujer, nos dejan en claro cuán en serio se toman nuestras causas y nuestros derechos.

Sabemos que tenemos derechos, pero estamos muy conscientes de que no son graciosas concesiones del Estado, como diría Yndira Sandoval, y por eso alzamos la voz, por eso exigimos su cumplimiento, porque también sabemos que lo que se encuentra escrito en las leyes no necesariamente se traduce y se vive en el diario acontecer de las mujeres.

Tan solo en nuestra ciudad de Saltillo, se registra una llamada por hora solicitando el auxilio de las autoridades en temas de violencia intrafamiliar, lo que evidencia que las mujeres, niñas y adolescentes no estamos seguras ni en nuestra casa, mucho menos cuando salimos a la calle y todavía menos cuando nos enfrentamos a hombres en situaciones de poder.

Poder con el que cuentan los diputados  y el fiscal que no va a integrar ninguna carpeta en contra del funcionario Cuauhtémoc Blanco, quien además es exfutbolista de uno de los clubes con más fanáticos en nuestro país, que formó parte de la selección mexicana de fútbol y quién goza de gran simpatía en la sociedad en general.

Las autoridades en México, nos han mostrado hasta el cansancio que son incompetentes cuando se trata de acciones reales y contundentes para ir en contra de la violencia, pero son muy hábiles para montar teatritos en donde fingen realizar su trabajo, o qué tal lo acontecido en Teuchitlán Jalisco, donde las autoridades organizaron un tour que parecía una visita al museo y no  una oportunidad para que las madres buscadoras y los colectivos de activistas que se encargan de encontrar a nuestros desaparecidos obtuvieran respuestas.

Y el show, el gran espectáculo matutino que instauró López Obrador y con el que continúa Claudia Sheinbaum, donde se dedican horas para adoctrinar a los mexicanos, para que nos vayamos contentos con las decisiones que toman las autoridades, para que pensemos que estamos bien informados, para que una vez terminada la misa podamos ir en paz.

Es verdad que, como decía mi abuela, “hacen circo, maroma y teatro” pero estos payasos ni siquiera  dan risa, por el contrario, causan pena ajena, indignación y rabia. Por esto, seguiremos señalando la complicidad de las autoridades con los agresores, hasta que apliquen las leyes de las que tanto presumen y las que dicen defender, leyes como la 3 de 3 contra la violencia. #FueraYSinFuero #NingunAgresorEnElPoder

 

Autor

Leonor Rangel