SALTILLO

El nacimiento de Jesús nos recuerda el valor de la humildad: párroco de Catedral

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24 diciembre, 2024

El padre Juan Manuel Ledezma hizo un llamado a los creyentes en general a ser empáticos con el prójimo y buscar el bien común

Al participar, la tarde de este martes, en una de las misas que se llevaron a cabo en la Catedral de Santiago, en Saltillo, por motivo de la víspera de Navidad, el párroco de este templo, Juan Manuel Ledezma Ramírez, remarcó que el nacimiento de Jesús en el pesebre debe ser un recordatorio del valor de la humildad.

«Solamente hemos querido poner un pesebre en Catedral, está el pesebre donde tú te tienes que acercar, no va a haber nadie presentándote la figura de Jesús, te tienes que acercar. El pesebre es demasiado rústico para indicarnos hacia dónde tiene que llegar Dios», platicó con El Heraldo de Saltillo.

«Dios tiene que llegar hasta ahí o llega hasta la parte más miserable del ser humano para nuevamente exaltarlo y ver que aún en la parte más miserable, que es su nacimiento en condiciones nada favorables, porque para nosotros podría ser muy bonito, pero las realidades no son las adecuadas y hasta ahí quiere llegar Dios, hasta las realidades no adecuadas del hombre», añadió.

En este contexto, el padre Ledezma Ramírez hizo un llamado a los creyentes en general a ser empáticos con el prójimo y buscar el bien común como muestra de amor a Dios.

Si tú abres a decir ‘es lo único que tengo, así vivo, así estoy’, Dios entrará a tu casa, se sentará en tu mesa, nacerá nuevamente. No siempre es fácil abrir la puerta de nuestra vida y nuestro corazón, tú y yo tenemos ya criterios mentales y existenciales muy fijos, pero si llega Dios tendrá que doblegarlos», expresó.

«Imagínate cuando se doblega la soberbia y empieza a crecer la humildad, cuando tú y yo vivimos una situación de estrés, de que todo es rápido, necesitamos trabajar la paciencia de cuidar a un niño, a un Niño Dios. Si el día de hoy somos nada caritativos es un momento también para tocar la caridad en medio de un mundo en el que, a veces, vivimos muy egoístas». (OMAR SOTO)