“Quién da señas del camino…”
Cuando mi abuela nos mandaba a la tortillería, nos gustaba buscar “caminos secretos” que no eran otra cosa que los terrenos baldíos o casas en obra negra, ya que la colonia era aún muy reciente. En más de una ocasión, regresamos raspadas de las rodillas por habernos tropezado con algún material o hasta alambre para evitar el paso, por lo que, comenzamos a aconsejarnos entre nosotras con frases como -si te vas por entre las casas, ten cuidado con los bloks del suelo- o -por tal terreno salen unos perros- -mejor pasa por este o este camino- a lo que mi abuela comentó “quién da señas del camino, es porque lo tiene andado” y luego de reírse de nuestras aventuras, nos recomendó mejor ir siempre por las calles ya trazadas.
En el marco del #25N y a manera de broma o catarsis, depende de quién lo vea, en la red social Tiktok se hizo viral el trend woman in male fields, para visibilizar las acciones que en mayor o menor medida realizan los hombres y qué conllevan faltas de responsabilidad afectiva e incluso formas de violencia en contra de las mujeres.
Lo gracioso es que las mujeres se apropiaron de las frases o los discursos de los hombres cambiando el rol y entrando en “sus terrenos” para que resultara evidente lo absurdo de algunas frases o posturas masculinas.
Entonces, aparecieron videos donde las mujeres usaron frases como: “los hombres de hoy en día exigen mucho de nosotras, por eso no se quejen cuando se queden solos en una casa criando gatos”; “no sé por qué se asustó solo lo seguí un par de calles porque me pareció guapo. Qué tiene de malo?”; “existen los hombres que son para pasar el rato y los que son para casarte, solo hay que saber escoger” ; “a mí no me gustan los hombres con mucho kilometraje el lápiz se vuelve chiquito de tanto usarlo”.
Este tipo de videos se llenaron de comentarios donde las mujeres expresaban su sorpresa y bromeaban con el hecho de que todas salieron con el mismo hombre.
Pues tal cual lo expresó mi abuela “quien da señas del camino, es porque lo tiene andado” ya que sin duda, en más de una ocasión nos hemos topado con algún amigo o novio que se expresa en formas despectivas acerca de las mujeres, este camino lo hemos recorrido en carne propia o mediante la experiencia de una amiga o familiar cercana. Desgraciadamente a todas nos ha tocado que nos piropeen en la calle y quizá al confrontar hemos recibido adjetivos como exagerada, histérica o loca tan solo por exponerle al hombre su violencia.
Quienes debieran estar recorriendo estos caminos son los hombres, justamente para identificar aquellas acciones que tienen normalizadas y que se traducen en conductas violentas en contra de las mujeres.
Y aunque observé contenido en las redes sociales donde los hombres reconocían que habían actuado de estas formas y entendían o trataban de entender el punto de las mujeres, también hubo muchos otros que se sintieron agredidos y que reaccionaron minimizando nuevamente en lugar de preguntarse ¿por qué es que esas conductas generan daño?
Sin esta reflexión, sin hombres que estén dispuestos a una verdadera deconstrucción, la violencia en contra de las mujeres tiende al aumento, ya que por parte del Estado y las instituciones encargadas de combatir y erradicar la violencia en contra de las mujeres, no se cuenta con mecanismos de detección oportuna y prevención de la violencia, sólo la reacción una vez que el acto violento es cometido.
Y entonces suceden casos como el de Diego N, alumno del IPN qué espera su sentencia después de haber manipulado la imagen de sus compañeras de entre 17 y 25 años obtenida de sus redes sociales para crear fotografías y videos de contenido pornográfico.
A este joven se le encontraron 160,000 fotografías y 20,000 videos que comercializaba mediante la plataforma Telegram.
Ocho mujeres denunciaron, de estas seis denuncias siguen esperando que se lleve a cabo el procedimiento judicial y solo dos están llevando el proceso en contra de Diego “N” con toda la revictimización y la violencia institucional por parte de las autoridades.
Estas jóvenes han recibido amenazas por parte de compañeros y familiares de Diego y fue hasta que el caso recibió el apoyo de colectivos feministas y la atención de los medios que se llevó a proceso al agresor, quien pudiera ser sentenciado el próximo viernes.
Lo preocupante es que las mismas autoridades no analizan y no comprenden la afectación que reciben estas mujeres ya que según su entendimiento no hubo un daño físico sobre sus cuerpos y solamente se utilizó la imagen de las jóvenes.
A estos les hace falta como diría mi abuela “andar el camino para reconocer sus señales”.
Esa es la invitación del día de hoy. Antes de enojarse cuando las mujeres señalamos conductas que se traducen en violencia, analicen ¿cuál sería su sentir ante estas conductas? ¿Pensarían lo mismo si esto les ocurriera a ustedes, a sus madres, hermanas, tías, hijas?
El machismo permite al hombre desligarse de la emoción de las mujeres porque se considera que la mujer es inferior o defectuosa y por lo tanto su emocionalidad puede ser tomada a la ligera. Y ese mismo machismo impide a los hombres relacionarse desde un entorno emocionalmente sano puesto que no reconocen sus propias emociones ni lo violento que es que no tengan un espacio seguro para vulnerarse.
Hombres y mujeres somos afectados por el machismo, aunque de diferente manera. Por eso el feminismo es una lucha para erradicar el machismo, no una lucha de los sexos. El feminismo es un movimiento que nace para defender los derechos humanos. Hombres y mujeres podemos beneficiarnos si analizamos las conductas que se tienen normalizadas dentro de nuestro entorno social. Para qué, como decía mi abuela, “demos señales del camino, porque ya lo tenemos andado”.
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