A LA BÁSCULA

Donar vida

En México el 26 de septiembre se celebra el ‘Día Nacional de la Donación y el Trasplante de Órganos y Tejidos’. A nivel internacional el ‘Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos se celebra el 27 de febrero. En realidad, la fecha es lo que menos importa, aunque no sean días ni fechas conmemorativas al tema, este 14 de octubre hay un llamado mundial para destacar la importancia de un acto de especialísima trascendencia porque es un acto de amor en el que se regala vida a una o más personas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, a nivel mundial cada año se necesitan más de 1.2 millones de trasplantes de órganos, pero solamente se realizan unas 135 mil.

A nivel nacional, de acuerdo con los registros del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), cada 10 minutos una persona se suma a la larga lista de espera de un trasplante. Según el registro Nacional de Trasplantes, hasta este 11 de octubre hay 19 mil 731 receptores en espera de un trasplante.

Desde hace por lo menos tres décadas, España es el líder mundial en donación de órganos con 49.4 donantes por millón de habitantes, seguido de los Estados Unidos con 48 donantes por millón. México se encuentra muy por debajo de los promedios internacionales con 3.1 donadores por cada millón de habitantes, aunque subrayando que se ha posicionado como uno de los países de Latinoamérica con la mayor cantidad de órganos trasplantados.

Uno de los principales problemas, consideran los especialistas, es la falta de información y difusión de la importancia y trascendencia de donar los órganos de un familiar. No hay una cultura de la donación, porque hay muy poca información al respecto.

En lo personal dos grandes amigos a los que quiero mucho, fueron trasplantados, uno de riñón donado por uno de sus hermanos que resultó compatible, y ambos llevan una vida normal desde hace por lo menos una docena de años. “El próximo lunes vamos a ser operados”, recuerdo que me dijo mi amigo por el celular, envuelto en llanto de tristeza, porque el médico le había pronosticado que, si en un par de semanas no había donador, no lograría sobrevivir. Recibió un regalo de vida y hoy al igual que su hermano donador, llevan una vida feliz.

El otro, aunque lo supe años después de que ocurrieran los hechos, fue trasplantado en Monterrey, recibió un hígado que le ha permitido mantenerse en vivo y en excelentes condiciones alrededor de una década después. Me enteré del regalo de vida que había recibido, hasta que la mayor de mis hijas, Blanca Estela, pasó a engrosar la enorme lista de los aspirantes a recibir la donación de un hígado.

Mi hija fue víctima de una enfermedad autoinmune de origen desconocida muy agresiva, que en un lapso de dos meses le redujo la función de su hígado hasta un tres por ciento, y cuando parecía que el tiempo se agotaba, al igual que sucedió con mi amigo, surgió un donador cadavérico que le permitió alargar su vida.

El trasplante ocurrió en el Hospital General de La Raza en la CDMX, y le permitió regresar a casa, volverse a encontrar con su familia, con sus tres hijos, y principalmente con su bebé de ocho meses al momento de su regreso a la Comarca. Dios y la vida le concedieron 14 meses más de vida. Otro tipo de complicaciones terminaron con su vida el 1 de octubre de 2022. Pero el regalo de vida que ella recibió fue algo maravilloso para ella y para toda la familia, y nos permitió disfrutarla casi un año y medio después del trasplante de hígado que recibió el 1 de julio de 2021.

Porque lo he vivido y sentido en carne propia y en amigos cercanos, uno quisiera poder contribuir de una forma importante para generar una cultura entre los mexicanos, que permitiera ofrecer vida después de la vida, porque los donantes no son solo órganos lo que entregan, sino vida para una o varias personas.

Los mensajes en las redes parecieran insensibles cuando uno lee: Los órganos no van al cielo, déjalos aquí en la tierra; y podría resultar muy duro para los familiares de quienes han perdido a un ser querido, pero con el tiempo se darán cuenta de que su familiar sigue vivo en otro o en otros cuerpos, que los órganos que donaron, fue un regalo de vida para una o varias personas.

Ojalá todos pudiéramos participar en la difusión de la información, y en sensibilizar a la gente de la gran importancia y trascendencia de la donación de órganos. Porque ese es un acto de amor que no significa otra cosa que dar regalos de vida.

 

laotraplana@gmail.com

 

X= @JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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