Ha iniciado el proceso legislativo, en el Senado mexicano, para discutir y, en su caso, aprobar la reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, misma que ya fue aprobada en la Cámara de Diputados.
Ante ello, los grupos parlamentarios de oposición, como el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional, y Movimiento Ciudadano, han adelantado su voto en contra de la reforma judicial.
No obstante que el partido Morena y sus aliados tienen ya asegurados 85 votos a favor de la reforma judicial, esto después de que los senadores Araceli Saucedo y José Sabino Herrera dejaran el PRD y se unieran a Morena, aún les hace falta un senador más para asegurar la mayoría calificada necesaria para pasar la iniciativa en la Cámara Alta.
En términos objetivos la incertidumbre sobre el resultado de la votación de la aprobación o no de la reforma en cuestión sigue en el ambiente aún a pesar de declaraciones optimistas como la del diputado Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado, quien afirmó que la mayoría de Morena y sus aliados no sólo cuenta ya con el voto necesario para lograr la mayoría calificada para aprobar la reforma sino, incluso, tiene más votos, “por encima de los dos tercios”.
“No hay poder sobre la Tierra que pueda detener nuestro proceso legislativo y la determinación del mandato del pueblo el 2 de junio, de que las personas juzgadoras se elijan por el voto universal, secreto y directo”, dijo tajante Noroña.
Mi hipótesis es que cualquiera que fuera el resultado de la votación del pleno de la Cámara de Senadores, la presidenta Claudia Sheinbaum saldría victoriosa. Sí se vota a favor de la reforma, sería un triunfo para ella y el movimiento político que encabeza.
Por otra parte, de ser rechazada la reforma, seguirá vigente el actual marco jurídico, que señala en el artículo 96 constitucional que para nombrar a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, el Presidente de la República someterá una terna a consideración del Senado, el cual, previa comparecencia de las personas propuestas, designará al Ministro que deba cubrir la vacante.
La designación se hará por el voto de las dos terceras partes de los miembros del Senado presentes, dentro del improrrogable plazo de treinta días. Si el Senado no resolviere dentro de dicho plazo, ocupará el cargo de Ministro la persona que, dentro de dicha terna, designe el Presidente de la República.
En caso de que la Cámara de Senadores rechace la totalidad de la terna propuesta, el Presidente de la República someterá una nueva, en los términos del párrafo anterior. Si esta segunda terna fuera rechazada, ocupará el cargo la persona que dentro de dicha terna, designe el Presidente de la República.
El ejemplo más reciente se dio en diciembre de 2023 con el nombramiento de la ministra Lenia Batres Guadarrama, persona afín al movimiento de la llamada “Cuarta Transformación”.
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, eligió a Batres Guadarrama como nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para ocupar la vacante que dejó Arturo Zaldívar. La designación llegó luego de que el Senado rechazara la segunda terna enviada por el mandatario.
Lenia Batres Guadarrama rindió protesta ante el Pleno de la Cámara de Senadores como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por un periodo de 15 años, designada de manera directa por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Por lo que en uso de la facultad soberana y discrecional, que me confieren los artículos 89, fracción XIX y 96, párrafo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en mi carácter de Presidente de la República designo de manera directa a la ciudadana Lenia Batres Guadarrama, como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cargo que durará 15 años a partir de esta fecha, como lo establece el artículo 94, párrafo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, citó el presidente en el oficio correspondiente a la designación.
De no haber Reforma al Poder Judicial, ese seguirá siendo el método de elección y la Presidenta Claudia Sheinbaum estará en posibilidades de designar al sucesor de Luis María Aguilar Morales, quien termina su periodo de ministro el próximo diciembre, y del ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo que concluirá su cargo como ministro de la Corte en febrero de 2026, además del ministro Alberto Pérez Dayán, que concluye en 2027, al igual que el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
En ese escenario, la presidenta Claudia Sheinbaum estará en posibilidad de transitar su gestión con una Suprema Corte de Justicia con una mayoría de ministros afines a ella y a su movimiento político.
En términos de gobernabilidad, a corto plazo, tal vez esta última opción sea la que más beneficie a la presidenta entrante, aunque en términos ideológicos y políticos, a largo plazo, la reforma del Poder Judicial posiblemente le traiga más dividendos.
José Vega Bautista
@Pepevegasicilia
josevega@nuestrarevista.com.mx
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