Piden se refuerce vigilancia en instalaciones del “Parque Hundido” ubicado en la calzada Madero

Saltillenses que acuden diariamente al Hospital Universitario y al Centro de Salud Madero que se ubica en la calzada del mismo nombre, solicitaron a las autoridades municipales se refuercen las medidas de vigilancia en las instalaciones del llamado Parque Hundido, ante el descuido en que se encuentra ese espacio público, en el que diariamente hacen de las suyas los pandilleros que habitan en los sectores cercanos.

Los inconformes señalaron que además de la presencia de estos individuos que utilizan las instalaciones del parque para pintarrajearlas, vandalizarlas y consumir alcohol o sustancias adictivas, el lugar representa un foco de infección por la gran cantidad de basura que ahí se encuentra acumulada.

Además, el torreón que se encuentra al interior del parque, que data de principios del siglo pasado, es utilizado también como refugio de migrantes, que aprovechan la estructura para resguardarse e incluso pasar la noche para seguir su camino al día siguiente, tal como pudo constatarlo este medio durante un recorrido por el lugar.

“Está muy canijo para los que nos quedamos aquí en el hospital cuando tenemos a un familiar internado, a veces tenemos que salir a buscar cierto medicamento, o ir a la tienda o al OXXO por algo de comer, mejor le saca uno la vuelta porque no sabes quien te vaya a salir, sí está complicado salir en la noche y pasar por el parque”, señaló Ramiro García.

“Yo creo que hay que poner mayor vigilancia, porque pues pasan las patrullas pero el lugar está abandonado prácticamente las 24 horas. Es una pena porque sabemos que es un lugar histórico, un sitio al aire libre para el disfrute de las familias, según esto, pero si hay que poner vigilancia permanente, una caseta, cámaras de seguridad y todo eso para que no se meta ningún maleante a hacer desmanes”, agregó Jorge Antonio Leija.

Igualmente cabe mencionar que según testimonio de algunos saltillenses, el parque es un lugar recurrente para la práctica de ritos “satánicos” o actos de hechicería, además de escucharse en horas de la madrugada los gritos de supuestas almas en pena que rondan por el sitio. (ÁNGEL AGUILAR)