Científicos descubren que cierto tipo de bacterias intestinales desencadenan la alimentación compulsiva

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Barcelona, España.- Un estudio reciente sugiere que una bacteria intestinal específica podría ser la responsable de la alimentación compulsiva y la obesidad, abriendo así la puerta a nuevos tratamientos para abordar la adicción a la comida.

La investigación, llevada a cabo por un equipo internacional y publicada en ‘The Journal of Clinical Investigation’, ha identificado bacterias que no solo fomentan esta adicción, sino también otras que podrían tener un efecto beneficioso en su prevención.

El equipo de investigación, liderado por la profesora Elena Martín-García de la Universidad Pompeu Fabra en España, ha señalado que hasta ahora se desconocían en gran medida los mecanismos que subyacen a este trastorno del comportamiento.

“Existen diversos factores que contribuyen a la adicción a la comida, caracterizada por la pérdida de control sobre la ingesta de alimentos y asociada con la obesidad y otros trastornos alimentarios”, explicó Martín-García.

Los experimentos en ratones mostraron un aumento significativo de las bacterias Blautia y las bacterias pertenecientes a la familia Actinobacterias, en las heces, de los ratones con adicción a la comida. Resultados similares se observaron cuando se administró a los ratones una especie de Blautia llamada Blautia wexlerae como probiótico.

Además, la adicción a la comida se redujo en los ratones cuando fueron alimentados con prebióticos que generaron un equilibrio de los niveles de Blautia en el intestino, señaló la investigadora Elena Martín-García, profesora de medicina y ciencias de la vida de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona.

Estos resultados sugieren los “posibles efectos protectores de aumentar la abundancia de Actinobacterias y Bacillota contra el desarrollo de la adicción a la comida”, dijo Martín-García.

Para el estudio, los investigadores utilizaron una escala de adicción a la comida para diagnosticar la afección en ratones y humanos. La escala mide la búsqueda persistente de alimentos, la motivación para obtener alimentos y el comportamiento compulsivo y encontraron que los ratones con adicción a la comida tenían niveles más altos de Proteobacterias y niveles más bajos de Actinobacterias y Blautia. Esas mismas tendencias se observaron en 88 humanos, especificaron los investigadores.

La identificación de estas bacterias podría revolucionar la manera en que se aborda la adicción a la comida, permitiendo el desarrollo de tratamientos que incluyan el uso de probióticos y prebióticos específicos para restablecer un equilibrio saludable en el microbioma intestinal.

“Comprender la diafonía entre las alteraciones en la conducta y las bacterias en el intestino constituye un paso adelante para los tratamientos futuros para la adicción a la comida y los trastornos alimentarios relacionados”, planteó Martin-García en un comunicado de prensa de la reunión. (EL HERALDO)

 

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