Estudian a ‘Beryl’ como huracán de excepción

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Ciudad de México.- El huracán “Beryl” fue un fenómeno climático excepcional según los registros de los últimos 50 años en México, por lo que su estudio detallado es necesario para su comprensión plena y para avanzar en medidas de prevención.

De acuerdo con la especialista Claudia Rojas Serna, investigadora del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al menos dos factores hacen de este reciente fenómeno natural una anomalía.

“Este ciclón, ‘Beryl’, realmente es una sorpresa porque, en la historia de los huracanes que se tienen registrados, es excepcional, primero, porque es muy raro que un huracán de categoría 4 o 5 se presente en el Atlántico antes de agosto”, explica en entrevista.

Rojas Serna, quien se ha especializado en Modelación Hidrológica Avanzada, señala que el fenómeno que impactó en Quintana Roo se adelantó incluso a “Dennis” y a “Emily”, ambos ocurridos en julio de 2005, pues fue declarado como tal a finales de junio.

Si bien es importante considerar que los registros de huracanes que se tienen todavía son escasos, pues apenas cubren medio siglo, son suficientes para declarar a “Beryl” como una excepción.

Con la información con la que se cuenta actualmente, en su reciente paso por México, la investigadora considera que este adelanto de fechas pudo tener como una de sus causas los prolongados periodos de sequía que hubo en el País recientemente.

“Como estas sequías se han intensificado, y de hecho todavía tenemos zonas en las que existe o permanece la sequía, la forma en la que el planeta tiene para mantener, o tratar de mantener, algún equilibrio entre las variables meteorológicas y el equilibro de la vida en la tierra, es buscando la forma de compensar esa falta de lluvias”, expone.

“En diversos estudios se ha visto que, a partir de prolongadas sequías, vamos a tener intensas lluvias, y eso, obviamente, va a provocar inundaciones, y para tener esas lluvias intensas una forma de hacerlo, de manera relativamente más corta en cuanto al tiempo, es con las lluvias o las tormentas de los huracanes que se presentan”, abunda.

Los estudios que se hagan ahora con respecto a “Bery”», apunta, deberán enfocarse en esta relación entre los periodos de sequía y la manera en la que pudieron adelantar la formación de este ciclón tropical.

El segundo factor que hace de este huracán un caso de excepción tiene que ver con su intensificación acelerada.

“En 42 horas, más o menos, pasó de ser depresión tropical a un huracán de categoría 4, que es un tiempo récord, muy corto para la evolución de un huracán en el Atlántico”, declara Rojas Serna.

A reserva de los estudios que se están llevando a cabo con la información más reciente, la investigadora piensa que esta rapidez de intensificación pudo darse por el cambio del periodo de “El Niño” a “La Niña”.

Es decir, por el paso del periodo cálido de la superficie del mar, donde actualmente nos encontramos, al periodo frío.

“Las estimaciones que se muestran del Centro Nacional de Huracanes, particularmente de la Oficina de Monitoreo Oceánico y Atmosférico de Estados Unidos, es que en los próximos meses es muy probable que ya cambiemos al periodo de ‘La Niña’”, detalla.

“Si esto se presenta, de acuerdo a estas estimaciones, el cambio que tenemos de ‘El Niño’ a ‘La Niña’ en los próximos meses facilita, precisamente, la intensidad de los huracanes que ya están formados”, ahonda.

Por otro lado, Rojas Serna considera también que, aunque no es el único factor, el cambio climático sí está propiciando esta intensificación de los huracanes.

“Las temperaturas en los océanos están incrementando y esto es en parte por la influencia del incremento de la temperatura en la superficie terrestre, porque los océanos son muy buenos en captar la temperatura y almacenarla”, describe.

“Las altas temperaturas de los océanos, por sí solas, no es que faciliten la generación de los ciclones, pero, cuando ya está formada una tormenta tropical, cuando encuentra más humedad y energía en un mar más cálido, va a encontrar condiciones para incrementarse”, desarrolla.

Con respecto a los próximos meses, con la llegada del fenómeno de “La Niña”, la investigadora ya ha comenzado a formular su pronóstico.

“En el Atlántico, o los que pudieran tocar por el Caribe y luego desplazarse hacia el Golfo de México, como en el caso de ‘Beryl’, sí podríamos tener huracanes más intensos”, previene.

“No significa un mayor número de huracanes, pero sí huracanes más intensos, a diferencia del Pacífico, que los huracanes serían probablemente menos intensos”, concluye.

Las diferencias con ‘Otis’Con los estragos del huracán “Otis”, ocurrido en octubre del año pasado, todavía visibles en el puerto de Acapulco, la evaluación de “Beryl” muestra que, por fortuna, se comportó de manera opuesta.

“A diferencia de ‘Otis’, en lugar de incrementar su intensidad, ‘Beryl’ fue al revés, porque lo empezamos a monitorear cuando tenía categoría 5 y a partir de ahí vimos cómo se fue degradando”, compara Rojas Serna.

“Beryl tocó tierra con categoría 2, una inferior, a diferencia de ‘Otis’, que lo empezamos a monitorear como una tormenta tropical y se incrementó, en muy poco tiempo, a un huracán de categoría 5; fue al inverso la evolución de la intensidad de los dos huracanes”, apunta.

Sobre ambos casos, la especialista señala que, aunque es natural que exista una incertidumbre justificada con respecto a la evolución de un huracán, la desconfianza en los pronósticos de intensidad terminó por hacer que se tomaran mayores medidas de prevención.

“Tener una desconfianza en estos pronósticos nos permitió estar más preparados, entonces el no quedarnos con ese pronóstico nos hizo dudar que pudiera intensificarse de una forma diferente, y eso, de cierta forma, nos ha obligado a estar más preparados y a tener más precaución”, reflexiona.

Así, aunque ambos huracanes tocaron tierra en la madrugada, en las horas más complicadas para el monitoreo, hubo la posibilidad de prevenirse de mejor manera con “Beryl”.

Los estudios pendientesUn vez pasado el huracán “Beryl”, los especialistas buscarán conocer ciertos datos específicos para poder comprender cómo es que éste se volvió un caso único en su tipo.

“Por un lado, quiero conocer la presión atmosférica que se tenía en esos momentos en que se presentó el huracán”, señala Rojas Serna.

“No es precisamente la presión atmosférica que se presenta en el ojo del huracán, sino también la variación que se tiene de la presión en el ojo del huracán y la que existía en el momento en el que se presentó el huracán”, informa.

“Realmente eso es algo que a mí me gustaría conocer para tener más información en cuanto a la evolución de la intensidad de ‘Beryl’”.

A decir de la especialista en Modelación Hidrológica Avanzada, en México sí se cuenta con infraestructura para llevar a cabo pronósticos de huracanes confiables, pero ésta todavía puede mejorar para estar a la par de otros países.

“Desafortunadamente, no tenemos todavía la misma infraestructura con la que podríamos tener más información en cuanto a las evoluciones de las intensidades de los huracanes”, lamenta.

A diferencia del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, ubicado en Miami, México aún no cuenta con herramientas de precisión como los aviones caza huracanes.

“La gran ventaja de tenerlos es que se mandan estos aviones a tomar variables en el momento, en el lugar en el que se tiene el huracán”, destaca.

“Pueden entrar al ojo del huracán e incluso dejar caer algunas sondas que puedan capturar en ese momento cuáles son las variables meteorológicas y con eso aportar la información a los modelos de pronóstico que nos permitan conocer mejor cuál podría ser la evolución del huracán”.

Si bien el instituto ubicado en Miami fue designado para hacer el monitoreo de toda la zona y aporta información valiosa, Rojas Serna estima que México se beneficiaría de tener información en tiempo real, sobre todo, para la prevención de catástrofes. (AGENCIA REFORMA)

 

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