AVISO DE CURVA

Los vinos de Coahuila: una ruta de desarrollo y misterio

 El éxito del crecimiento de las vides y su posterior transformación en vinos no depende únicamente de la calidad del suelo y del clima favorable

 En pocos años, la ruta Vinos y Dinos, que abarca Arteaga, General Cepeda, Parras y Saltillo, ha experimentado un notable crecimiento en el cultivo de la uva y en la producción de vinos de alta calidad. Como resultado, el estado de Coahuila se ha convertido en una de las regiones vitivinícolas con mayor desarrollo y potencial en esta industria, no solo en México, sino en América Latina.

Este resurgimiento se puede atribuir a la rápida expansión en el número de hectáreas cultivadas, el establecimiento de nuevas bodegas, la introducción de diversas variedades de uva y la acumulación de reconocimientos internacionales otorgados a la calidad de sus productos.

La popularidad de los vinos de Coahuila se expande como la espuma, al igual que la efervescencia del blanco espumoso de Rivero González, elaborado en Parras. Es fácil notar que los anaqueles de las tiendas de autoservicio están adornados con un número cada vez mayor de botellas con la etiqueta de Coahuila.

El impacto económico de esta industria es enorme. Esto incluye oportunidades de empleo, así como el beneficio adicional de actividades relacionadas con el turismo. Además, existe el potencial para el desarrollo de la cadena productiva, incluida la fabricación de botellas, corchos y etiquetado.

La producción de vino mexicano en 2021 alcanzó 36 millones de litros, a los que se importaron 70 millones de litros adicionales. Esto sugiere que, si la oferta actual no logra cubrir la demanda, sería muy recomendable invertir en la creación de nuevas bodegas y ampliar las existentes.

Por otra parte, los estudios de mercado revelan que el consumo de vino mexicano, incluido el producido en Coahuila, ha experimentado un aumento notable en años recientes, superando el crecimiento de la demanda de vinos españoles y chilenos.

Es difícil imaginar otros indicadores tan alentadores como estos. Al examinar las principales plataformas de comercio electrónico en México, encontraremos que los vinos 2V y 3V de Casa Madero son muy populares, seguidos por el Pinot Noir de Don Leo. Ambas bodegas se ubican en Parras.

El arte del cultivo de la uva y el oficio de elaborar vino trascienden el mercado. Estas prácticas poseen un significado histórico que se entrelaza con una esencia espiritual. Esto es lo que envuelve a las regiones vitivinícolas de renombre.

En términos de importancia histórica, Coahuila ocupa un lugar especial. México es el productor de vino más antiguo de América. Hoy todavía existe la primera bodega documentada que en la actualidad se llama Casa Madero, ubicada en Parras.

Los vinos elaborados en Coahuila evocan un extracto de la obra de Louis Charpentier, un célebre autor francés conocido por explorar lo enigmático. Según Charpentier, para que una determinada región produzca un vino extraordinario, no solo debe poseer los componentes químicos y ambientales necesarios, sino también exhibir cualidades espirituales.

El éxito del crecimiento de las vides y su posterior transformación en vinos no depende únicamente de la calidad del suelo y del clima favorable. También requiere la presencia de un espíritu que bañe el viñedo y la hábil guía de manos expertas y amigables. Es casi como si la uva tuviera conciencia, sabiendo exactamente dónde florecer y fermentar a la perfección.

Lo escrito por Charpentier despierta la imaginación y la curiosidad. Seamos conocedores en la elaboración del vino o no, bebedores expertos o simples aficionados, no podemos dejar de preguntarnos qué cualidades únicas posee la ruta Vinos y Dinos de Coahuila que la hacen tan propicia para la producción de vinos excepcionales.

Para resolver el misterio, puede ser conveniente planificar una visita. Antes de hacerlo, no dejes de probar el Cabernet de Hacienda Florida en General Cepeda o el Reserva de la Casa de la bodega San Juan de la Vaquería en Saltillo.

 

¡Feliz día a todas las mamás!

 

 

 

 

Autor

Rubén Olvera Marines
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