El presidente del Poder Judicial de Coahuila, Miguel Felipe Mery Ayup, aseguró que, para este organismo, es prioritario el bienestar de las niñas y niños. Como prueba de ello, apuntó que sus jueces se capacitan constantemente sobre el tratamiento de la población infantil y adolescentes involucrados indirectamente en la separación de sus padres, juicios sucesorios o, como víctimas, en delitos que vulneran su integridad.
«Nosotros nos mantenemos en una política muy firme de atención a los casos de las niñas y los niños, y también de los adolescentes. Iniciamos, por ejemplo, un diplomado para todas las juezas y jueces, secretarios, defensores públicos que no están certificados en materia de adolescentes; es algo muy importante», mencionó este miércoles en rueda de prensa.
«Lo que hacemos es siempre privilegiar a los menores, a las y los niños, que me parece que es, con relación a estas separaciones que se están dando tan rápidamente, incluso después del matrimonio, nos obliga a nosotros, como juzgadoras y juzgadores, a velar por los niños para que puedan seguir conviviendo con su madre, con su padre, porque pueda darse una convivencia armónica», profundizó.
Mery Ayup subrayó que, desde el Centro de Evaluación Psicosocial del Poder Judicial, los menores reciben un trato profesional y acorde a su edad y circunstancias para, en caso de ser necesario, se tomen sus declaraciones a fin de abonar al esclarecimiento de hechos contenidos en algún proceso judicial.
«También de las niñas y los niños, en donde atendemos a una gran cantidad de niñas y niños a través de la escucha, con protocolos adecuados. Cada día, en esta capital, en Piedras, en Acuña, en todos los distritos judiciales, escuchamos a un menor en un juicio de carácter familiar, porque se da un proceso de divorcio, porque se tienen que dar las convivencias, qué está pasando con mamá, con papá, quién está diciendo la verdad», externó.
«Finalmente, el Centro de Evaluación Psicosocial nos ayuda a encontrar la verdad, los elementos que han sucedido dentro de un seno familiar, que no es sencillo, es complejo, porque, además, al calor de la separación no se da justicia, se quiere violencia y se quiere venganza, y ahí es donde las niñas y los niños no encuentran la verdad de lo que está sucediendo». (OMAR SOTO)
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