Así se vio el eclipse solar en México

Foto: Agencia Reforma

Ciudad de México.- Luego de casi 33 años, un eclipse total de Sol volvió a apreciarse en el territorio nacional, para asombro y disfrute de todos los que, de una u otra forma, lo observaron este día.

En el caso de la CDMX, el Gran Eclipse Mexicano, acuñado así por algunos investigadores dadas las privilegiadas condiciones de observación en el País respecto a las de Estados Unidos y Canadá, alcanzó su punto máximo siendo las 12:14 horas, tal cual estaba previsto.

Quienes lo atestiguan desde la capital mexicana, como el nutrido grupo que se ha dado cita en el “Picnic bajo la sombra” en Ciudad Universitaria, o los que justo ahora desfilan por el Planetario Luis Enrique Erro del IPN, el esperado fenómeno causado por la alineación del Sol, la Luna y la Tierra a lo largo de una línea recta se apreció únicamente de manera parcial.

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Es decir, desde esta perspectiva, el satélite natural de la Tierra sólo alcanzó a cubrir arriba del 70 por ciento del disco solar, y el día no se oscureció mayormente.

Lo cual no restó fascinación al evento astronómico, pues los numerosos observadores siguieron a través de lentillas especiales, telescopios con filtro solar, cajas oscuras de elaboración casera o desde la sombra que se proyecta bajo el follaje de los árboles, este tránsito lunar que en el imaginario de varias culturas mesoamericanas parecía como si el Sol fuera devorado.

En las regiones del norte del País por donde cruzó la sombra de la Luna cubriendo al 100 por ciento la superficie aparente del Sol -lo cual es posible ya que, aunque el satélite natural es 400 veces más pequeño que la estrella, se encuentra 400 veces más cerca de la Tierra, y entonces ambos aparentan tener el mismo tamaño angular- el espectáculo fue mayor.

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Además de algunos fenómenos ópticos como las Perlas de Baily o el Anillo de diamante, producidos por la luz que todavía alcanza a filtrarse hasta la Tierra conforme la Luna -llena de valles y cañones- va cubriendo al Sol, el principal atractivo del disco solar completamente bloqueado es la posibilidad de contemplar a simple vista la corona solar, la parte más externa de la atmósfera de dicho astro.

“Es un espectáculo muy bonito; se forma como una especie de aura alrededor del Sol”, había adelantado a REFORMA Xóchitl Blanco, especialista en física heliosférica e investigadora del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM. “Pero siempre y cuando estemos en la zona de totalidad”.

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Tal es el caso del puerto de Mazatlán, por donde entró el eclipse al territorio nacional hacia las 9:51 horas (10:51 hora del Centro), y la fase máxima se observó a las 11:09 (12:09 hora del Centro), misma que duró 4 minutos con 20 segundos. Es durante ese breve lapso de totalidad el único momento en el que es posible mirar el fenómeno de frente sin riesgo alguno para la visión.

Para todos los observadores fuera de la llamada franja de totalidad, que se extiende por Durango -donde la fase máxima también ha ocurrido a las 12:14- Torreón, Monclova y Piedras Negras, en todo momento es necesario asomarse a través de los múltiples métodos directos e indirectos que resultan seguros, y que ya desde el eclipse solar anular del 14 de octubre pasado, también visible desde México, se han difundido masivamente.

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“En ese sentido de crear consciencia, yo creo que el primer eclipse sí nos sirvió bastante”, consideró en entrevista previa al evento el físico y astrónomo de origen esloveno Primo Kajdi, también investigador del IGf, quien en este momento transmite el desarrollo del eclipse desde su canal de Youtube, @BlogSolar.

“Estos dos eclipses en años consecutivos, uno anular y al siguiente año uno total, se van a volver a repetir ahí por el 2078”, precisó a este diario el físico y astrónomo Luis Felipe Rodríguez Jorge, pionero de la radioastronomía en México.

“Todos esos eclipses ya desde el Siglo 19 se sabía exactamente cuándo iban a ocurrir”.

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Cálculos astronómicos muy precisos son los que han permitido a los científicos saber cuándo tendrán lugar tales fenómenos celestes. Y de ahí que Jacobo Zabludovsky pudiera afirmar, durante su narración del eclipse total de Sol visto en México el 11 de julio de 1991, cuándo sucedería el próximo.

“Esto que estamos viendo no ocurrirá de nuevo, sino hasta el 8 de abril del año 2024”, diría el periodista en su transmisión, que numerosos usuarios recientemente viralizaron en la red social X a propósito de la llegada del Gran Eclipse Mexicano.

Ahora, el siguiente eclipse total de Sol que pueda verse desde el territorio nacional ocurrirá hasta dentro de 28 años, el 30 de marzo de 2052. Y por ello el exhorto general de las universidades, académicos y grupos de divulgación a que la gente no se perdiera el evento de este lunes.

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Y en Las Islas

En Las Islas de Ciudad Universitaria de la UNAM, varios grupos de estudiantes y también familias acudieron para presenciar el fenómeno astronómico.

Emocionada con su caja oscura pintada de morado, Sofía, de 5 años, explica para qué sirve ese singular dispositivo casero.

“Es para ver cómo la Luna y el Sol se juntan para hacer un eclipse”, dijo la menor que llegó desde Iztacalco junto con tres tías, su abuelita y hasta su perrita Aika, para disfrutar del eclipse.

Desde las 8:00 horas, los asistentes buscaron el mejor sitio para ver el evento, o bajo la sombra de los árboles, en una mañana cálida y con un cielo lo suficientemente claro como para garantizar una buena observación.

Otras personas estaban sobre mantas, en sillas plegables o directamente sobre el pasto, con un refrigerio a la mano, expectantes del fenómeno.

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Rodolfo Bautista, estudiante de Ingeniería Geológica y apasionado de la observación de los astros desde los 8 años, montó su propio telescopio y permite que cualquiera se asome por el mismo, equipado ya con el filtro solar especial.

El siguiente eclipse total de Sol que pueda verse desde el territorio nacional ocurrirá hasta dentro de 28 años, el 30 de marzo de 2052. (AGENCIA REFORMA)