PREGONERO

Un primer y aburrido debate que tuvo como protagonista ¡al reloj!

No sé si después de este debate voy a querer ver el eclipse este lunes sin lentes especiales para no tener que ver el segundo. Y es que si en el primer ejercicio, donde se supone que se pondría buena la cosa y se pondrían sobre la mesa las primeras propuestas reales, concisas y bien analizadas, todo estuvo más que aburrido, el segundo y el tercero serán solamente paja para este proceso electoral.

Pero bueno, las dos candidatas que estaban sentadas, ah y Máynez, son lo único que hay, y este debate sólo confirmó lo que muchos pensamos, que nomás no hay para donde hacerse en esta elección.

De entrada, el formato de tres personas sentadas todo el tiempo, como si estuvieran en escuela rural debatiendo sobre el próximo lunch del día del niño, no abona nada al proceso, porque de por sí escucharlos en sus spots diariamente es aburrido, por su tonito de voz y su parsimonia total, ahora verlos ahí sentados haciéndose bolas con lo que leían y mostraban lo es aún más.

Claudia buscando ser una copia de Andrés Manuel, desde el ritmo de su voz hasta la evasión constante a los señalamientos que la involucraban; Xóchitl queriendo renegar a cada instante de los partidos que la postulan, porque sí, ya sabemos que no milita en ningún partido, pero eso nos tiene totalmente sin cuidado, al final de cuentas es política y candidata del PRI-PAN-PRD.

Ah, también estaba Máynez, candidato del bomberazo de Movimiento Ciudadano, quien fue en mera calidad de florero, eso sí, siempre sonriente, porque quizá no tenía ni la más mínima de que hacía ahí, pero ya Dante y Samuel lo habían atorado, así que ni como sacarse.

A pesar de que apenas terminó el ejercicio y ya los tres se habían declarado ganadores del debate, la verdad es que el único que perdió fue el respetable público: su tiempo y sus ilusiones, y el protagonista fue, nada más y nada menos, que el reloj.

Claudia y Máynez vivieron casi todo el debate los infortunios de la tecnología, o mejor dicho, del proveedor del INE que nomás no podía configurar un cronómetro bien, tanto que Claudia terminó por acusar a Xóchitl de robarse hasta el tiempo.

Y es que mire, si de acusaciones hablamos, las candidatas se dieron con el cucharón (les faltó punch para darse con la cazuela), acusándose mutuamente de asuntos de gobiernos anteriores y actuales, y poniéndose adjetivos calificativos.

Así, Xóchitl acusó a Claudia de ser fría y no tener corazón, por no haber apoyado a los niños con cáncer, a las familias de desaparecidos, por ser negligente en el tema del Rébsamen la Línea 12 del metro de la Ciudad de México y hasta por haber recetado medicamento para los piojos en plena época covid.

Claudia señaló a Xóchitl como mentirosa y corrupta, pues según ella todo lo que alegaba la candidata del PRI-PAN-PRD era falso, además de alegar enriquecimiento ilícito, aunque nunca con pruebas.

Terminaron salpicados los amigos incómodos de todos, desde Dante Delgado por su pasado político, hasta Beltrones, Paco Cienfuegos, Alito Moreno, Dante Delgado, Barlett y Javier Corral, entre otros.

Esas amistades que la raza se carga.

Las propuestas no fueron más allá de más programas clientelares, tarjetitas cura todo y la ampliación de presupuestos, porque ahora resulta que sí puede alcanzar para lo que nunca ha alcanzado.

La candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, en todo tiempo fue evasiva, no respondió de manera directa ningún señalamiento sobre la administración actual y su ex encargado como jefa de Gobierno de la capital, sólo se limitó a hacer lo que bien le ha aprendido al presidente: acusar a los gobiernos de antes de las situaciones actuales. Por cierto, váyase olvidando de la frase: “yo tengo otros datos”, porque la de Claudia es y fue en el debate: “No estoy de acuerdo con lo que planteas”.

También nos quedó claro que Sheinbaum debe tener varias vitrinas de su casa con toooodos los premios que nos recordó a cada instante que tenía; y sí, otra vez, Xóchitl nos recordó sus orígenes en un intento de sumar adeptos, aunque a estas alturas eso ya no suma, y Máynez, pues ahí, sonriendo y demostrándonos, como el niño bien portado de la clase, que aprendió sus primeras lecciones de lenguaje de señas.

Así se fueron dos horas de nuestro domingo, y lo preocupante no es que este debate fuera aburrido y sin propuestas bien fundamentadas, sino que alguna de las dos que estuvieron sentadas, nos va a gobernar muy pronto.

 

Autor

José Torres Anguiano
José Torres Anguiano
Reportero Multimedia. Periodista de barrio y contador de historias apasionantes.
Premio Nacional de Comunicación "José Pagés Llergo" 2017.
Premio Estatal de Periodismo 2015, 2016, 2017 y 2018.
Premio de Periodismo Cultural UAdeC 2016, 2018, 2021 y 2023.