Se acerca el momento de decidir ¿qué queremos los mexicanos democracia o dictadura? Para poder entender hacia donde se debe dirigir el país tenemos los ciudadanos el compromiso de tener una idea clara de lo que nos ofrece la democracia. Asumimos de que es un término que designa una forma de gobierno donde el poder político se ejerce del y para el pueblo. La soberanía anida en el pueblo y se ejerce directamente por medio de representantes. Por lo tanto, para que se lleve a cabo es necesaria la participación ciudadana.
¿Qué es la democracia? La democracia es una palabra griega que emana de dos vocablos, del griego demos, que significa pueblo y cratos que se comprende poder o gobierno. Los atenienses acuñaron la palabra para definir un sistema de gobierno, donde las decisiones se tomarán libremente dentro de una asamblea. En ese tiempo sólo la ejercían los hombres libres, no así, las mujeres, los extranjeros residentes y los esclavos.
En nuestro país, el sistema democrático se instituyó en la Constitución en 1857, en el artículo 40, se quedó también establecido en 1917, que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república representativa, democrática, federal. En el siglo XX se instituye el sufragio universal donde se otorga la igualdad de todos los ciudadanos.
El artículo 40 constitucional menciona con claridad que es voluntad del pueblo mexicano de constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental; es necesario el reconocimiento jurídico de la participación ciudadana y el fortalecimiento institucional de la misma, para que se de toda forma representación o en cualquier decisión política o gubernamental y lo público constitutivo en la voluntad política ciudadana.
En una democracia la participación ciudadana es determinante, porque da las posibilidades de que los ciudadanos organizados participen en todo tipo de asociaciones, influyan en el diseño de las políticas públicas, en la toma de decisiones de los gobernantes, en hacerse oír. Un derecho significativo en una democracia es el voto porque es un elemento activo, donde se manifiesta la voluntad de los ciudadanos para elegir de manera libre a sus gobernantes, nuestra Constitución Política en su artículo 35 señala los derechos de la ciudadanía, fracción I.- Votar en las elecciones populares. Los ciudadanos tenemos el derecho y la libertad de elegir quien gobernará nuestro país, respetando la Constitución.
En una democracia se debe trabajar para tener un gobierno justo y por ende vivir en armonía. Por ello hay tres poderes que están en el mismo rango: el ejecutivo, judicial y legislativo. El ejecutivo diseña, planifica y ejecuta el proyecto de país con base en la Constitución y sus leyes, es decir, ejecuta las acciones del gobierno. El poder judicial se encarga de la administración de la justicia eficiente, eficaz, oportuno, integro, intercultural y accesible para lograr la paz social y la seguridad jurídica. Finalmente, el poder Legislativo es quién tiene la representación popular, realiza las normas y leyes, fiscaliza y controla la acción del gobierno.
Si comparamos nuestra realidad política de lo que deber ser con lo que es, se puede dar cuenta querido lector que hay un gran abismo. Como señalé antes la participación de los ciudadanos es fundamental para que una democracia funcione. Es un compromiso ciudadano expresar al gobierno su descontento, éste debe tomar en cuenta todas las opiniones positivas y negativas de su mandato, sobre todo si así lo expresa así la mayoría, no evadir su ineficacia presentando otros datos, echando la culpa al pasado para justificar su ineptitud, mintiendo, descalificando, pero sobre todo dividiendo, todas estas acciones nos llevan directo al caos, al retroceso, al estancamiento de la sociedad.
Las cámaras de diputados y senadores están para defender a los ciudadanos, para buscar su bienestar, su progreso, pero sobre todo para fiscalizar que las acciones del gobierno estén encaminadas al bien común y no para el bien y los caprichos de un solo hombre. Es determinante que las personas que aspiren a gobernar, y a elegirse en los tres poderes, sean personas preparadas, capacitadas, competentes, inteligentes, con experiencia en la tarea que aspiran, dispuestas a defender los derechos de los ciudadanos y no lo contrario ignorantes y sin preparación, ya que son presas fáciles de manipular. Lo invito a que reflexione su voto no se trata de partidos, se trata de elegir a los mejores candidatos ya que está en peligro el futuro de nuestras familias.
Autor
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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