En el gobierno de Calderón, cada día ocurrían 55 homicidios. En el de Peña Nieto fueron 71. Pero en el de López Obrador, la cifra alcanza ya los 95 homicidios dolosos por día, una cantidad nunca antes vista en nuestro País.
Con 175 mil 456 homicidios dolosos ocurridos en los primeros 61 meses de su gobierno, el de Andrés Manuel López Obrador es el sexenio más sangriento en la historia de México, superando por mucho a los 122 mil 472 homicidios dolosos ocurridos en el mismo periodo de tiempo en el sexenio de Enrique Peña Nieto, o los 96 mil 495 ocurridos en los primeros 61 meses del gobierno de Felipe Calderón.
En todo el gobierno de Calderón ocurrieron 120 mil 463 homicidios dolosos. La cifra se incrementó de forma alarmante en el de Peña Nieto, cuando sumaron 156 mil 066. Pero esta cifra palidece al lado de la del actual sexenio, que lleva ya 175 mil 456 homicidios dolosos y a este ritmo podría terminar con más de 205 mil.
En el gobierno de Calderón, cada día ocurrían 55 homicidios. En el de Peña Nieto fueron 71. Pero en el de López Obrador, la cifra alcanza ya los 95 homicidios dolosos por día, una cantidad nunca antes vista en nuestro País.
La ola de violencia parece imparable, y la estrategia de “abrazos y no balazos” ha demostrado no haber sido la más apropiada, y se considera ya como uno de los grandes fracasos de este gobierno.
Tan solo en diciembre de este año, tres masacres sacudieron a México: en Celaya, Guanajuato, 6 estudiantes de medicina fueron ejecutados el domingo 3 de este mes. El día 17, 11 personas fueron ejecutados en Salvatierra, también en el Estado de Guanajuato. Y el pasado viernes 29, en Ciudad Obregón, Sonora, un ataque armado dejó un saldo de 6 personas muertas y más de 20 heridos.
Además, el 8 de diciembre, pobladores de la comunidad de Texcaltitlán, en el Estado de México, ante la inacción de las autoridades, tomaron la justicia en sus manos enfrentando a un grupo delictivo, en hechos que dejaron un saldo de 14 personas fallecidas y 14 más desaparecidas.
Sin embargo, el presidente López Obrador insiste en su discurso de que “vamos bien”, y de que su estrategia es la indicada para frenar la inseguridad. Desafortunadamente, las víctimas y sus familiares tienen “otros datos”. (EL HERALDO)
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