COMO DECÍA MI ABUELA

Lo que no se dice…

Recuerdo que me sentía muy molesta. Aquel día, iban a elegir en nuestro salón, quién nos representaría en el concurso de canto de la secundaria. Quería ser yo, pero justo ese día amanecí enferma de la garganta y totalmente afónica. Por ese entonces vivíamos con mi abuela, quién me llevó un té de canela calientito para que me sintiera mejor. ¡Estaba tan enojada! No sé bien qué gesto le hice, pero mi abuelita me dijo «lo que no se dice se actúa» y agregó en tono irónico: “de aquí a Paila se te nota el mal humor”. Salió rumbo a la cocina a preparar un caldo de pollo para curar mi garganta y mis “jetas”.

La semana pasada, se llevó a cabo en la ciudad el Foro denominado “3 de 3 Contra la Violencia” en el que contamos con la valiosa participación de Yndira Sandoval, principal promotora de esta iniciativa de ley, que ahora forma parte de una Reforma Constitucional para que ningún violentador, acosador o deudor alimentario pueda acceder y ejercer cargos del servicio público, pues se trata de elevar los estándares de la clase política del país para que sean en verdad, dignos representantes de la ciudadanía y así mismo, garanticen cumplir y hacer cumplir la ley.

Sin embargo, requerimos que los gobiernos a nivel Estatal y Municipal, armonicen sus constituciones y códigos para que la ley se aplique en todas las esferas del poder, no sólo a nivel federal. Cómo lo señaló la regidora Socorro “Coco” Guevara Garza, en Saltillo existe ya un largo camino recorrido, empapándose de los conceptos jurídicos que pudieran resultar relevantes a la hora de implementar está ley a nivel local, inclusive antes de que la propuesta adquiriera su estatus de Reforma Constitucional. Tal cual cómo decía mi abuela “lo que no se dice, se actúa” y no es necesario que la regidora nos diga de qué lado está el gobierno de Saltillo. Sus acciones dan cuenta de sus intereses y son más elocuentes que las palabras.

Desafortunadamente, Coahuila es uno de los 5 estados en los que aún no se ha implementado la 3 de 3, esperemos que en sus primeros 100 días, nuestro gobernador Manolo Jiménez realice las adecuaciones correspondientes para que nuestro Estado garantice un piso más parejo para las mujeres, brindándoles la certeza de que ningún agresor formará parte de su administración, ni los actos de violencia tendrán cabida dentro de su gobierno.

Sin embargo, he de señalar que, como decía mi abuela, “lo que no se dice, se actúa” y veo con gran decepción las fotografías de la presentación del Plan de Acción para los primeros 100 días de este gobierno y no pude observar en las fotografías a ninguna mujer acompañando al gobernador. Será que muy en el fondo quedamos las mujeres, como ha sucedido antes, como le sucedió a la primera mujer que intentó elevarse a la calidad de ciudadana, Olympe de Gouges, y a quién para callarla fue necesario llevar a la guillotina.

Es por esto que la tres de tres no solamente busca mejorar la calidad de los políticos que nos representan, también busca garantizar la paridad con mujeres que estén plenamente capacitadas y sensibilizadas en temas de feminismo y sobre todo, eliminar todas las formas de violencia y discriminación contra las mujeres. Cómo señala Yndira Sandoval, las feministas no queremos una rebanada del pastel, no nos gusta su sabor, y por ello queremos cambiar la receta a través de un nuevo orden político, uno, que visibilice a las mujeres y sus capacidades, como la denominada por Yndira Feminismocracia “con las mujeres al frente y nuestros derechos al centro”, para hacer de este país un México más justo y más seguro para las generaciones venideras.

Próximamente estaremos conformando la Observatoria Ciudadana para las elecciones 2024 y nos mantendremos muy atentas de que los partidos y los candidatos independientes cumplan con los requisitos de la tres de tres. Nunca más seremos ciudadanas de segunda, no seremos espectadoras en un escenario que nos corresponde por igual. Nunca más se ejercerá la política sin nosotras, las mujeres que queremos un México más seguro de habitar, con espacios libres de violencia y de agresores; no sólo en los tres poderes y los tres órganos de gobierno, sino en las instituciones paraestatales, escuelas, universidades, organizaciones y cada rincón en el que se pueda (y se puede) utilizar la autoridad conferida para ejercer la ley, para torcerla a modo y favorecer al patriarcado. Ya no se los vamos a permitir.

Autor

Leonor Rangel