Un estudio revela el ascenso de reclutamiento de mujeres en el crimen organizado en México

Bruselas, Bélgica.- Aunque los hombres suelen ocupar la mayoría de las filas del crimen organizado, los grupos criminales incluyen a su estructura cada vez más a las mujeres, quienes pueden servirles como ladronas de autos, sicarias o incluso convertirlas en líderes de células delictivas. Así lo dio a conocer un nuevo reporte de la organización ‘International Crisis Group’.

De acuerdo con el informe ‘Compañeros en el crimen: el ascenso de las mujeres en los grupos ilegales de México’, durante los últimos años se ha registrado un aumento constante del reclutamiento de mujeres por parte de los cárteles de la droga y otros grupos criminales; situación que refuerza el control y poder del crimen organizado a lo largo y ancho del país.

Con base en relatos personales de mujeres que sirvieron a algún grupo criminal y que ahora pasan sus días tras las rejas; el análisis de datos de centros penitenciarios y una investigación realizada entre julio de 2022 y junio de 2023, ‘International Crisis Group’ refiere que en la actualidad entre el 5 y el 8 por ciento del personal activo en grupos criminales representa a mujeres.

La organización destaca que las mujeres que fueron entrevistadas para el informe refirieron haber experimentado (casi en su totalidad) abuso en sus hogares y comunidades. Con frecuencia, las mujeres que son reclutadas por los cárteles y otras células criminales provienen de entornos pobres y familias desintegradas. Otras tantas cayeron en la delincuencia a través de sus parejas, su relación con el consumo de drogas o propios familiares.

De acuerdo con la investigación realizada en Ciudad de México, Zacatecas, Morelos, Sonora y Baja California, las mujeres suelen unirse al crimen organizado como una forma de protegerse de la violencia de género, además de adquirir poder, respeto y ‘dignidad’, así como tener un mejor ingreso económico.

No obstante, al igual que sucede con los jóvenes y hombres que son reclutados, las mujeres tienen que pasar una serie de pruebas para formar parte de algún grupo criminal. Antes de adquirir algún puesto reconocido, deben trabajar como mensajeras de drogas y armas. Posteriormente, pueden ser integradas a las filas como ladronas de autos, ‘tendederas’, supervisoras, sicarias y líderes de células criminales.

En algunas ocasiones se convierten en tenientes (personas que dirigen los secuestros, extorsiones y tráfico de migrantes). “Al igual que los hombres, cuanto más asciende una mujer en las filas, más preparada debe estar para matar, torturar y aplicar otras formas de violencia”.

Los expertos señalan que el aumento de mujeres en las filas de los cárteles “refuerzan el control de estos grupos sobre las comunidades”, así como su capacidad de causar daño. Además, expone a los menores de edad a nuevas amenazas e incluso a su propio reclutamiento.

Por otra parte, les proporciona una alternativa ante las constantes bajas causadas por encarcelamiento, asesinatos y desaparición de integrantes masculinos.

Es por ello que la organización hizo un llamado a las instituciones y autoridades mexicanas, quienes tienen la responsabilidad de trabajar conjuntamente para promover alternativas a las mujeres que podrían caer presas del crimen organizado, apuntando a incrementar más capacitación laboral, opciones educativas y atención psicosocial para quienes han sido encarceladas o continúan consumiendo drogas. (EL HERALDO CON INFORMACIÓN DE INTERNATIONAL CRISIS GROUP)

 

https://www.crisisgroup.org/latin-america-caribbean/mexico