No hay de otra sopa
Después de cerca de cinco meses de haber realizado campañas, precampañas o como se le quiera llamar, de manera irregular, las aspirantes a alcanzar la presidencia de la República en la elección del año entrante, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, completaron ya una semana de actividades en las precampañas ‘oficiales’.
Por muchas razones, el proceso electoral que arrancó de manera formal el 20 de noviembre, es totalmente atípico. Nunca antes en la historia electoral del país, autoridades electorales y tribunal electoral, habían sido tan tolerantes, permisivos, y se podría decir que hasta cómplices, para que se realizara un proceso alterno al que marcan los tiempos y la Constitución.
Los tiempos de este inédito proceso los marcó el principal inquilino de Palacio Nacional con sus mal llamadas ‘corcholatas’, a quienes autorizó para que realizaran recorridos por todo el país y promoverse no como candidatos a la Presidencia, sino como aspirantes a convertirse en coordinadores de los comités de defensa de la autoproclamada cuarta transformación.
Como la indicación provino del todopoderoso, el árbitro no se atrevió ni siquiera a chistar, y cuando se promovieron recursos, el tribunal regresó la pelota a la cancha del INE, no para que se suspendieran las actividades que se venían realizando, sino para ‘reglamentar’ lo que estaba totalmente fuera de la ley.
Los tiempos electorales marcados en el calendario oficial llegaron, y ahora sí tanto Sheinbaum como Gálvez están en condiciones de llevar a cabo sus precampañas que, de acuerdo con las normas, están dirigidas solo a los militantes de los partidos que integran sus respectivas alianzas, y no a la ciudadanía en general. Por ello, en los spots televisivos, al final aparece un cintillo que especifica a quiénes va dedicado el mensaje, y en la radio se escucha una voz que dice igualmente que va dirigido a los militantes de tal o cual partido.
Para el ciudadano común y corriente, los tiempos marcados para las diferentes etapas del proceso y el proceso mismo, inició desde hace poco más de cinco meses, y para la gran mayoría desde ese tiempo ya se encuentran en campaña.
Quizá por ello, la constante exposición en los medios, tradicionales, digitales, lonas, bardas o espectaculares, ha provocado un desgaste prematuro de ambas figuras, por lo que en sus respectivos equipos de campaña hacen esfuerzos sumando a personajes que les permitan relanzar sus precampañas, para reposicionar a sus candidatas.
La irrupción de Samuel García como esquirol y candidato de Movimiento Ciudadano, les vino a mover el tapete a las dos mujeres que aspiran a convertirse en la primera presidenta de México, y según él aspira a rebasarlas a ambas y convertirse en el primer mandatario mexicano.
En sus spots presume que como gobernador de Nuevo León ha tenido logros importantes e históricos en la entidad, pero la mayoría de ellos no son hechos consumados sino simples proyectos, como la instalación de Tesla en terrenos de Santa Catarina, cuando el proyecto está en ‘stand bye’, la inseguridad en los meses recientes ha repuntado como en sus peores años, no ha podido solucionar el grave desabasto del agua, ni la movilidad y por consecuencia la alta contaminación.
Dice que si no creen todos los logros que presume que tuvo en dos años como mandatario, que le pregunten a Nuevo León. En lo personal tengo en esa entidad una gran cantidad de amigos y familiares habitantes de los distintos municipios del Estado, y las referencias que he recibido, ni una sola es en sentido positivo.
Al menos su incorporación justo al inicio de las precampañas, servirá para despertar un poco a las otras dos candidatas, pero a decir verdad, en lo personal me parece que en tratándose de las candidaturas presidenciales, nunca antes en la historia del país, la caballada había estado tan flaca.
Los partidos, lo he mencionado en más de una ocasión en este espacio, nos dejan a los ciudadanos en la total indefensión, porque ellos proponen a quienes ellos quieren, y no a quienes en un momento la ciudadanía podría interesarle que participaran. Nos guste o no, cualquiera de esos tres precandidatos, Claudia, Xóchitl y Samuel, será el próximo presidente del país.
Pobre México que desde hace varias elecciones se ve obligado a votar no por la mejor opción, sino por la menos peor. Y revise, así nos ha ido. Perro todo parte por las famélicas propuestas que ponen sobre la mesa los partidos, y para los ciudadanos no hay de otra: o comen sopa, o sopa. No hay más.
@JulianParraIba
Autor
- Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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