Un aula de luces y colores en una escuela pública de Saltillo ¿Para qué sirve?

 La primaria Gabriela Mistral, de la colonia Los Fresnos, contará con un aula multisensorial para desarrollar el aprendizaje de los alumnos por medio de la percepción de estímulos

La escuela Gabriela Mistral, ubicada en la colonia Los Fresnos, al poniente de Saltillo, se convertirá en la primera primaria pública de la capital de Coahuila en contar con un aula sensorial, un lugar para desarrollar el aprendizaje de los alumnos por medio de la percepción de estímulos, que además potenciará las funciones cognitivas y emocionales de los estudiantes.

El centro de estudios está ubicado en una de las periferias de Saltillo, a un costado del Cerro del Pueblo. Fueron las maestras Karen Castillo, de educación especial, y Montse Hernández, trabajadora social, quienes tuvieron la iniciativa de llevar a su plantel educativo un aula de este tipo, luego de detectar varios niños con la necesidad de una terapia educativa basada en este estilo de aprendizaje.

Anteriormente era la biblioteca abandonada y empolvada de la escuela, ahora el espacio –aunque pequeño- luce por completo renovado, con luces de colores y equipado con herramientas necesarias para trabajar con los sentidos.

El sitio está equipado con una cama de agua, para la vibración acústica, la percepción y el equilibrio; la fibra óptica para la estimulación visual y táctil, gracias a los puntos de luz móviles; un burbujero para trabajar la psicomotricidad sensorial; una esfera de luces para desarrollar habilidades físicas, intelectuales y emocionales, y un panel interactivo de luz, para desarrollar la relación causa-efecto, la comunicación y el aprendizaje de formas, colores y números.

También están los botes sensoriales, para desarrollar y potenciar las capacidades sensoriales de los pequeños, y una alberca de pelotas para trabajar el sentido del tacto, entre otras estaciones dentro del aula.

A simple vista pareciera un espacio destinado exclusivamente a la recreación de los niños, pero una vez que las profesoras ponen en práctica su conocimiento, los menores comienzan a relajarse y entrar en un ambiente de aprendizaje lúdico.

“Nuestra escuela tenía cuatro niños con autismo el ciclo pasado y este ciclo tres, a parte tenemos niño con TDH, con discapacidad intelectual y otras condiciones como barreras del aprendizaje de varios tipos, desde emocionales, precisamente por eso nos metimos a estudiar un poco más. Vimos todos los beneficios que tiene un aula sensorial y empezamos primero como proyectos desde el aula, tratando de llevar al salón lo sensorial, como intervención didáctica, después planteamos el proyecto y empezamos a darle forma”, comenta Karen Castillo.

Aunque son los niños con alguna discapacidad para quienes, en principio, se destina un aula de este tipo, la realidad es que el desarrollo de los sentidos es útil para todos los infantes, pues de esta forma se puede complementar la educación al interior de las aulas regulares.

¿Pero, para qué sirven las luces, los colores y las formas?

“El aula sensorial es una integración de los sentidos, nosotros tenemos siete sentidos: el olfato, el gusto, la vista, el oído, el tacto, el vestibular y el perceptivo, entonces a través de estos sentidos aprendemos, recibimos estímulos en nuestro cerebro y estos permiten que el niño aprenda de una manera diferente”, señala la profesora Karen.

“Es muy bueno para los niños, porque les ayuda en muchas cosas, desde lo sensorial, la motricidad fina y el desarrollo se las sensaciones”, agrega.

Y aunque la idea de Karen y Montse surgió de los alumnos con discapacidad, la estimulación sensorial no es exclusiva de los niños con discapacidad, cualquier otro menor lo puede utilizar y verá beneficios en su aprendizaje.

“En la actualidad se han presentado muchas situaciones en las comunidades escolares, en la familia, en el contexto, en la comunidad y en los propios niños, venimos de una pandemia y se han desarrollado diferentes conductas en los niños, como ansiedad o depresión… la idea es a través de estas estrategias beneficiar a los alumnos y a los docentes para enriquecer la manera de dar una clase”, señala la maestra Montse.

La escuela primaria Gabriela Mistral estrenará el próximo 29 de noviembre su aula sensorial “AIRES”, luego de meses de trabajo por parte de toda la comunidad educativa, pues tuvieron que realizar diferentes actividades para contar con el recurso necesario.

“Estamos en la periferia, somos una escuela de bajos recursos, entonces por eso la importancia de proyectar, de comunicar a la sociedad, que nos volteen a ver. Nosotros nos motivamos porque vemos a los niños. A mí me encanta mi trabajo, y quiero que el tiempo que los niños pasan aquí sean felices, estén tranquilos y disfruten aprender”, indica Karen Castillo.

Aunque el aula está a punto de ser inaugurada, aún hay proyectos a futuro, como cambiar el techo de lámina a concreto, climatizarla para que los niños estén más cómodos y la adquisición de un columpio vestibular, para trabajar el equilibrio y orientación con los niños, por lo que quien desee apoyar puede acercarse al plantel educativo. (JOSÉ TORRES)

Autor

José Torres Anguiano
José Torres Anguiano
Reportero Multimedia. Periodista de barrio y contador de historias apasionantes.
Premio Nacional de Comunicación "José Pagés Llergo" 2017.
Premio Estatal de Periodismo 2015, 2016, 2017 y 2018.
Premio de Periodismo Cultural UAdeC 2016, 2018, 2021 y 2023.