EL USO DE LA DOBLE MORAL

Las personas solemos no ser congruentes con lo que decimos y hacemos, por lo regular este comportamiento se debe, a que si actuamos de esta forma pretendemos dar una buena imagen a los demás, la idea es imponer un gran discurso de valores por la vía de la aprobación. A este proceder lo llamamos doble moral; solemos quejamos amargamente de lo difícil que es relacionarnos con los demás de una manera adecuada, con confianza, de manera honesta, cordial, amable, con empatía, sin embargo, la mayoría de las veces nosotros no contribuimos con este comportamiento cuando actuamos con doble moral en nuestro quehacer cotidiano. Recuerdo a Bertrand Russell gran filósofo, matemático y escritor británico, él señalaba al respecto “La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no práctica, y otra que práctica y no predica”, que se complementa con esta frase que leí, no recuerdo donde que dice: “hay quienes no les alcanza con una moral, por eso tienen doble”, yo le agregue para tener una imagen recta en la sociedad cuando en la realidad es todo lo contrario.

Para tener una idea más clara, es necesario recordar la diferencia que existe entre ética y Moral, la ética reflexiona sobre los problemas morales que nos llevan a valores y normas para tener una buena convivencia; en cambio la moral son las normas y reglas que sistematizan el comportamiento de un individuo o de la sociedad. El uso de doble moral en la sociedad tiene un mecanismo lo que la sociedad juzga mal, la persona lo practica a escondidas. Este comportamiento representa una contradicción, pues no se es leal a uno mismo. A través de la historia en todas las culturas se establece un código de conducta, que los individuos no respetamos. Queremos quedar bien frente a los grupos donde interactuamos y nos engañamos.

Entonces, la doble moral hace referencia a los individuos que hablan de manera convincente de un código de comportamiento, cuando en la realidad no lo practican, hacen todo lo contrario a lo que dicen. Varias veces escuchamos en nuestro entorno, frases como: “Ya te enteraste de que el marido de fulanita le es infiel” cuando quien lo afirma está en esa situación.  Dicen los padres a los hijos “Es malo tomar alcohol”, cuando es común que lleguen borrachos a su casa.   En platica de amigos se dice: “Es un cínico como se atreve a comprarse ese carro de lujo, cuando robo en su trabajo”, quien lo afirma robo aún más. Otro comentario es: “Soy una persona responsable con mi familia” cuando se va de parranda y se gasta todo su sueldo. Entre amigas se dice: “Como te quiero hermosa, eres la mejor”, cuando no está presente la amiga se expresa de manera incorrecta. Te comentan “Ayer me gané 10 millones de pesos en mis negocios”, recibes una invitación a comer a su casa y te pide que lleves lo que vas a tomar y a comer. “Voy a misa todos los días” y en las reuniones juzga severamente a su prójimo. Esto es sólo para esquematizar a las personas que gustan de ejercer una doble moral.

En política abundan los ejemplos: “no hay corrupción en mi gobierno” se enriquecen de forma descarada con negocios turbios, ellos y sus familias. “no hay dedazo, el pueblo decide” cuando realizan encuestas alteradas. “los gobernadores se portan bien con todas las corcholatas” se hace el acarreo masivo para el candidato favorito. “Estamos acabando con el narcotráfico” tienen alianzas fuertes con estos grupos en lo oscurito. “Vivimos en un país tranquilo y en paz” el país se pinta de rojo por la sangre derramaba de inocentes. “Estamos saliendo de la pobreza”, ellos primero y el pueblo olvidado. “Los lujos son pecado, el pueblo no debe usarlos” usan trajes de marca que para comprarlos se necesita trabajar un año. “no hay que derrochar el dinero” organizan fiestas ostentosas que son un agravio para la sociedad. “Soy Licenciada en derecho” su título es falso, o peor aún para titularse hizo fraude y reparte la justicia en este país. ¿Por qué aprobamos este comportamiento en la sociedad? será porque la mayoría somos deshonestos, no somos respetuosos de nuestra persona menos aún con nuestros semejantes o simplemente nos gusta ser hipócritas. ¿Usted que opina estimado lector?

La doble moral no ayuda a tener una buena convivencia en la sociedad, todo lo contrario, nos perjudica. Si queremos cambiar debemos abrir nuestra mente, y por ende, la forma de pensar, aceptar otras maneras de relacionarnos, admitir a los demás como son, permitirnos vivir sin hipocresías, no llevar una doble vida, es decir, no hacer las cosas a escondidas, tenemos que enfrentar la vida como viene, en lugar de guardar las apariencias, dejemos de fingir ante los demás que poseemos cualidades, sentimientos, virtudes y opiniones que no tenemos y de esta forma seremos mejores personas en nuestro entorno, que tanta falta hace actualmente.

 

Autor

Susana Cepeda Islas
Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.