AVISO DE CURVA

Elecciones internas: confusión y enseñanzas

Finalmente, se confirmó que Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez serán las candidatas a la presidencia de México, en representación de Morena y el Frente Amplio por México respectivamente, a pesar de las dificultades registradas en ambos grupos.

Despejada la incógnita, inicia la etapa en la que los analistas utilizarán las encuestas para respaldar una variedad de escenarios y pronósticos, algunos de los cuales pueden no aclarar el panorama político ni predecir resultados exactos, sino que podrían traer más incertidumbre y confusión a los votantes.

El desconcierto político se presentó en las recientes elecciones internas, particularmente en Morena, donde algunas encuestas apuntaban a Marcelo Ebrard y Adán Augusto como los ganadores, contradiciendo la tendencia de la mayoría de las casas encuestadoras que ponían a Claudia Sheinbaum a la cabeza.

Estas discrepancias en los sondeos podrían ser simplemente pronósticos inexactos sin efectos políticos en el momento de su publicación. Sin embargo, una vez que se conocieron los resultados oficiales y Claudia Sheinbaum fue declarada ganadora, las encuestas menos precisas publicadas anteriormente pueden ser un caldo de cultivo para rupturas dentro de Morena o el desconocimiento de su candidata.

De hecho, las implicaciones políticas de las encuestas discrepantes con las oficiales quedaron en evidencia recientemente en las elecciones de Coahuila, cuando el aspirante a la gubernatura Ricardo Mejía mostró algunos sondeos que lo situaban por delante de los otros contendientes como prueba para desacreditar las encuestas contratadas por Morena. Como es sabido, Morena se dividió y los partidarios de Mejía nunca reconocieron al candidato oficial, Armando Guadiana.

El caso del FAM fue diferente, aunque también encontramos planteamientos imprecisos. Fue incorrecto considerar como prácticas antidemocráticas el descarte temprano de Miguel Mancera y Silvano Aureoles, la declinación de Santiago Creel y la cancelación de la consulta directa entre Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez, ya que las tres posibilidades fueron estimadas desde el principio.

La consulta directa, por ejemplo, se consideró como una opción en caso de que la recolección de firmas, los debates y los sondeos de opinión no fueran suficientes para determinar al ganador. Es posible que algunos analistas desconocieran las reglas y los acuerdos establecidos al interior del FAM, lo que explicaría las imprecisiones.

Si bien la confusión no tuvo repercusiones políticas en el FAM, sí creó incertidumbre entre los partidarios de la coalición y los medios de comunicación.

Esto no significa que las encuestas sean las culpables de las rupturas dentro de los partidos. En realidad, las divisiones son el resultado de estrategias y cálculos específicos que llevan a los actores políticos a tomar decisiones extremas.

Tampoco creo que se presente un conflicto poselectoral si los resultados oficiales de las elecciones de 2024 no coinciden con las proyecciones y escenarios que los analistas están empezando a desarrollar con el apoyo de las encuestas.

Mi propósito ha sido discutir algunas enseñanzas de los procesos internos de Morena y el FAM.

En primer lugar, los procesos internos pueden considerarse exitosos, aunque hubo desacuerdos en ambos frentes. Se seleccionaron dos perfiles competitivos y claramente opuestos. Por lo tanto, los electores podrán contrastar fácilmente las dos propuestas al emitir su voto.

Por otro lado, desde la perspectiva ciudadana, se recomienda tomar ciertas precauciones frente a las encuestas. Además, por lo que se sabe, se sumarán otros candidatos a la contienda.

Independientemente de la posición de los candidatos en las encuestas, votar según las preferencias personales puede ser la medida más inteligente. Es más fácil consolarse si votamos por el candidato en el que tenemos mayor confianza, incluso si termina perdiendo.

 

Autor

Rubén Olvera Marines
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