PREGONERO | Chema le organiza despedida al gober

Chema le organiza despedida al gober

Menos de 120 días le restan a Miguel Riquelme de su administración, en cada evento que ha tenido en las últimas semanas recuerda a los asistentes la cuenta regresiva de la gubernatura.

Algunos de los funcionarios de Gobierno del Estado se hacen como que la virgen les habla, para no preocuparse por lo que vendrá en su futuro. Otros han preferido poner temporizador en su celular para que cada día les recuerde que el 30 de noviembre está más cerca de lo que parece.

Eso sí, el Riquelme Solís ha dejado claro algo que quizá pasa desapercibido para muchos, pues cuando dice que serán los últimos eventos a los que asista, siempre sentencia “como gobernador, claro”.

Pero quien ya se puso al tiro para hacerle amenos los últimos días de administración al gober, es el alcalde de Saltillo, por eso el pasado miércoles le anunció a Miguel Riquelme que ya tiene programada una larga despedida, con al menos una entrega de obra o arranque en Saltillo por semana, para que no dejen de verse.

Luego de escucharlo, el gobernador coahuilense le pidió a Virgilio Verduzco –el mismo al que el alcalde ya bautizó con el mote de Virgilio “Dos Meses”- que se diera prisa con las obras para alcanzar a inaugurarlas, y es que ya son bastantitas las que en este año han puesto en marcha dentro del Segundo Maratón de Obras.

Ya a la vuelta de la esquina está la inauguración de Paseo Capital, que se convertirá en la obra representativa de la (¿primera?) gestión de Chema Fraustro. Pero también se han arrancado construcciones de Centros Comunitarios en varias colonias; pavimentaciones y hasta puentes vehiculares.

Además, para que el último grito de Independencia del gobernador no se vaya a lo seco, luego de que le tocaran dos con las restricciones de la pandemia, ya se prepara la presentación del Grupo Frontera, que estará cantándole a los saltillenses en un concierto gratuito el 14 de septiembre, en escenario por definir.

 

¡QUÉ VIVILLOS!

Un verdadero desmadre hacen todos los días en la calle Allende los astutos automovilistas que no traen sus monedas para el parquímetro, ante la imposibilidad de pagar 3 pesos por los minutos que esperan a alguien, prefieren estacionarse en los carriles que son para circular, entorpeciendo el tráfico.

Lo más sorprendente de todo, es que los tránsitos que andan por esta transitada calle hacen como que la virgen les habla y no multan a los que están estacionados en lugares prohibidos.

La calle Allende ya se ha convertido en arteria de dos carriles, cuando son tres los que deberían estar abiertos a la circulación.

Este problema se presenta sobre todo en dos partes de la principal calle del Centro Histórico, frente al INE y Salud Digna, donde taxistas y acompañantes esperan tranquilamente a quienes acuden a estos sitios sin ser molestados, y entre Pérez Treviño y Aldama, ya sea porque van a echar tacos a La Tapatía, o nada más porque no querían sacar las monedas.

Los parquímetros han significado una estrategia muy atinada para regular la estacionadera en el Centro, pues antes de que existieran había quien se quedaba estacionado desde que amanecía hasta que anochecía, y quienes acudían al primer cuadro no encontraban ni un solo espacio, teniendo que pagar desde 10 hasta 20 pesos por hora en los estacionamientos privados. Ahora, la tarifa mínima son tres pesos, cuando se utiliza por algunos minutos.

Pero, como siempre, hay quienes prefieren saltarse, de una u otra forma las reglas. Ahí nomás hace falta que les apliquen el reglamento, para que pasen a la caja 5 por estacionarse en sitio prohibido.

 

Autor

José Torres Anguiano
José Torres Anguiano
Reportero Multimedia. Periodista de barrio y contador de historias apasionantes.
Premio Nacional de Comunicación "José Pagés Llergo" 2017.
Premio Estatal de Periodismo 2015, 2016, 2017 y 2018.
Premio de Periodismo Cultural UAdeC 2016, 2018, 2021 y 2023.