Seguridad y crecimiento económico en Coahuila
Un antiguo texto bíblico señala que hay un tiempo para sembrar y otro para cosechar. Guardando las proporciones, podemos aplicar esta idea al ámbito de la seguridad y el crecimiento económico en Coahuila.
El estado ha logrado posicionarse como uno de los más seguros del país, por lo que es hora de convertir este logro en una ventaja competitiva para atraer inversiones que impulsen el crecimiento económico que se ha visto afectado por diversas circunstancias en los últimos años.
Las autoridades estatales y municipales se han enfocado en disminuir los niveles de criminalidad y aumentar la confianza ciudadana en las fuerzas policiales. Esto dio como resultado mejoras en los indicadores y una posición destacada en los rankings de paz y eficacia policial. En la actualidad, la situación contrasta fuertemente con la de hace una década, cuando el crimen asediaba a la ciudadanía y a los negocios.
Sin embargo, en últimos cinco años, las tasas de crecimiento económico estatal han estado por debajo de las expectativas e incluso inferiores al promedio nacional. Por ejemplo, según los datos más recientes presentados por el INEGI, en 2022 el PIB de Coahuila creció en promedio 0.6 %, mientras que el PIB nacional lo hizo en 3.1 %.
Ahora bien, ¿por qué las bajas tasas de delincuencia y una percepción positiva de seguridad podrían impulsar el crecimiento económico?
Los expertos en economía regional han identificado una serie de factores que influyen en la decisión de una empresa para establecer operaciones en determinada región, debido a la intensa competencia entre países por las inversiones extranjeras. Esto también ocurre en México, cuando los estados compiten por atraer grandes plantas industriales, especialmente del sector automotriz.
Los factores de localización industrial tradicionales están relacionados con la disponibilidad de mano de obra calificada, la proximidad geográfica a los mercados e insumos, los incentivos fiscales, la presencia de proveedores, los niveles salariales y la existencia de infraestructura de comunicaciones y transportes. Pero, ¿qué ocurre con las decisiones empresariales cuando una región es insegura?
Imaginemos un estado donde abunde la extorsión y el secuestro, los enfrentamientos armados y el robo al transporte y almacenes. Esta situación impacta negativamente en el flujo de las mercancías y la tranquilidad de empresarios y trabajadores, perjudicando las cadenas de suministro, la productividad y los costos en las empresas.
En definitiva, la delincuencia se ha vuelto tan importante como la ubicación geográfica o la infraestructura para la localización industrial, debido a la inseguridad reinante en algunas regiones de México.
A pesar de que Coahuila sobresale como una de las entidades más competitivas del país, no ha sido suficiente para las principales fábricas de automóviles, ya que en los últimos años decidieron instalarse en otros estados.
Por lo tanto, para competir con Aguascalientes, Guanajuato, Nuevo León o Querétaro, cuyos flujos de capital extranjero permiten que sus economías crezcan a tasas superiores al promedio nacional, es necesario ir más allá de los factores tradicionales de localización industrial.
Tiene sentido entonces mejorar los indicadores de seguridad y mostrar estratégicamente los resultados a los inversionistas. Es el momento de cosechar los frutos de lo sembrado en los últimos años.
Desafortunadamente, por lo que observamos en la prensa y los indicadores, no todos los estados podrán hacer lo mismo.
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