Historia repetida versión 2.0
A principios de 1997 dentro de mis andanzas periodísticas llegué a laborar al estado de Guanajuato, concretamente a Irapuato, al diario El Centro —ya desaparecido—. El gobernador de aquella bella entidad, era en ese momento Vicente Fox Quesada, del que tengo cualquier cantidad de anécdotas por su siempre folclórica forma de ser. Una de ellas era que él siempre argumentó que el poder no se ejercía detrás de un escritorio en una oficina, por lo que en ocasiones pasaban dos o tres meses sin que se parara en Palacio de Gobierno.
Desde aquél año, Fox Quesada manifestaba su intención de querer ser candidato de su partido, el PAN, a la presidencia de la República, pero muy pocos lo tomaban en serio, y lo dejaron que siguiera adelante con su plan. Apoyado por el empresario Lino Korrodi, crearon una organización llamada ‘Amigos de Fox’, que fue la encargada no solo de promocionar la imagen del guanajuatense, sino de recabar los fondos para que éste pudiera empezar de manera simultánea a hacer recorridos de una precampaña adelantada por todo el país, lo que todo mundo le toleró porque algunos lo consideraban incluso de ´loco’ y otros que lo que pretendía era algo poco menos que imposible, porque aún dentro de su partido, casi nadie lo apoyaba.
Loco, loco, pero Fox se fue posicionando y cuando en el PAN quisieron reaccionar, ya era demasiado tarde: Vicente Fox se había posiciona de tal forma a nivel nacional, que al final ya no les quedó de otra que concederle la candidatura. Su estilo ranchero y desgarbado, de botas y cinto con enorme hebilla con su apellido, Fox, empezaron a conquistar la simpatía de los mexicanos, que reían de cada ocurrencia y le aplaudían cuando prometía que iba a ‘sacar al PRI de Los Pinoles’, y que los iba a aplastar como cucarachas, tepocatas y víboras prietas. Era el candidato de las ocurrencias, la gente le festejaba todo y lo veía como la esperanza para lograr un cambio en México.
Vicente Fox como presidente, fue el primero que victimizó y empezó a hacer un mártir a Andrés Manuel López Obrador, cuando se promovió su desafuerocomo jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, y la gente se fue con el más débil. A partir de aquel momento, el tabasqueño empezó lentamente a construir una candidatura para llegar a la presidencia de la república, y finalmente a la tercera fue la vencida, pero para alcanzar su objetivo se ‘chutó’ una anticipadísima y larga campaña de casi 18 años. Quizá Fox jamás se imaginó el gran favor que al fin de día terminaría por hacerle a López Obrador.
Como si ese camino no lo tuviera andado, ahora López Obrador se ha convertido en el principal promotor de Xóchitl Gálvez en el camino de la adelantadísima campaña para la sucesión presidencial, al menospreciarla, tratar de ignorarla y hasta convertirla ya en uno de sus blancos preferidos en sus permanentes andanadas de insultos, de agresiones verbales y de ataques infundados como suele hacerlo, pero parece que en esta ocasión el riesgo no estuvo calculado y el tiro se le está empezando a revertir y pudiera salirle por la culata.
La hidalguense mantenía intenciones y ambiciones de buscar la candidatura para jefa de gobierno de la Ciudad de México, pero de pronto por la enorme promoción que López Obrador le ha regalado de forma gratuita, la ha colocado de golpe y porrazo entre los aspirantes de la oposición, pero para la presidencia de la República. Le negó el derecho que tenía, y además ordenado por un juez, de réplica, al tiempo que empezó una campaña de ataques, que la han convertido en víctima del poder y usted ya sabe la historia de que la gente siempre apoya al más débil.
Nerviosa quizá porque de la noche a la mañana Xóchitl Gálvez ha logrado un posicionamiento que nadie pensaba podía tener en la carrera presidencial, la mal llamada corcholata Claudia Sheinbaum se sumó a los ataques contra la hidalguense a partir del momento en que mostró interés por ser la próxima presidenta de México. La actual jefa de gobierno de la CDMX con licencia le dijo que sí, que México está listo para ser gobernado por una mujer ‘pero no por cualquier mujer’, con un dejo discriminatorio por el origen indígena de Gálvez.
Las respuestas vía redes sociales le han ganado a Xóchitl una gran cantidad de seguidores y simpatizantes, con un video que hasta resulta emotivo, y en el que le señala que le dijo que no podía a la persona equivocada: “puedes decirme loca, puedes decirme india, puedes decirme terca…pero nunca me digas, que no puedo”.
No sé si López Obrador está dimensionando las consecuencias de sus actos, ni tampoco sé si a Xóchitl Gálvez le alcance para tanto —aunque al menos a Sheinbaum ya la tiene muy nerviosa—, pero en versión mujer puede que los ataques desde el poder y los deseos por aplastarla, puedan tener el mismo efecto de cuando la víctima era Andrés Manuel con el tema del desafuero promovido por el gobierno de Vicente Fox. Lo hicieron víctima, su popularidad creció como la espuma y, aunque tardadito, pero lo llevaron a la presidencia de la República.
Con el tiempo lo sabremos, y lo veremos. Por lo pronto, de que López Obrador ha encumbrado a Xóchitl Gálvez, la ha encumbrado.
@JulianParraIba
Autor
- Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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