DESDE MI ESCRITORIO

Xóchitl, ¿Candidata? 

Un personaje relativamente ignorado por la derecha y marginal a los partidos políticos, aunque en lo formal le haya prestado la camiseta del PAN, súbitamente se está convirtiendo en la esperanza para dar la batalla en la lucha por la presidencia en 2024, que parecía inevitablemente perdida. ¿Hay algo sólido detrás de esas esperanzas?

Primero, habría que considerar las posibilidades reales de Xóchitl Gálvez para ganar la candidatura de la llamada Alianza por México (PRI, PAN y PRD). No es la candidata natural de las dirigencias de los tres partidos, que preferirían a alguno de los suyos: Santiago Creel, Enrique de la Madrid, por nombrar a algunos de los que se andan moviendo. El problema es que actualmente no hay una figura que haga un contrapeso y que no se convierta en un paseo frente a Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard en el verano próximo, ya que los sondeos así lo muestran de manera categórica.

De allí la creciente mención de figuras menos desgastadas por el pasado, entre las que se han mencionado a Gustado de Hoyos, Xóchitl Gálvez, Luis Donaldo Colosio, y una larga lista, algunos de los cuales han preferido declinar. Habrá que aclarar que todos ellos, incluyendo a Xóchitl, salen muy mal parados en los sondeos al confrontárseles con el o la candidat@ de Morena.

Sin embargo, el empresario y activista Claudio X. González, promotor de la alianza, percibió algo que los dirigentes de los partidos se han negado aceptar: de todos ellos solo Xóchitl puede crecer en la opinión pública, pues su perfil ofrece ángulos capaces de ser trabajados con una campaña mediática, considerando que tras las elecciones internas quedarían nueve meses para los comicios definitivos. Así que lo que sigue para definir al candidato de la oposición será un pulso en las próximas semanas entre quienes la apoyan y la inercia cerrada de las dirigencias de los partidos. Si la consulta que habrá de hacerse es a población abierta y sin mano negra, Xóchitl muy probablemente obtendrá la candidatura.

Asumiendo que Xóchitl resulte abanderada de la Alianza, la pregunta, en efecto, es ¿cuánto puede crecer de cara al verano próximo? Ciertamente tiene atributos que ningún otro miembro de la oposición posee.

De entrada. cualquiera de ellos tendría a su favor el grueso del voto anti obradorista, pero con eso no alcanza; la intención de voto a favor de Morena y sus partidos aliados ronda el 50% y los niveles de aprobación del presidente giran en torno a 60%; solo un tercio podría considerarse netamente antiobradorista.

La única manera de aspirar a un triunfo es atraer a una buena parte de los ciudadanos indecisos y algunos filo obradoristas moderados o descontentos con algunos aspectos del Gobierno de la 4T.

Allí es donde entraría la figura de Xóchitl Gálvez en la estrategia alternativa: la procedencia humilde de la hidalguense, la ascendencia otomí de su padre, su nombre indígena frente a los apellidos extranjeros de sus rivales (Sheinbaum o Ebrard), su lenguaje desparpajado y coloquial, pueden ser argumentos explotables que podrían tener alguna resonancia entre votantes que en otras condiciones favorecerían de manera natural a los candidatos de Morena.

En todo caso, dificultaría el discurso binario y cómodo en el que se ha instalado el obradorismo con tanto éxito, al construir la imagen de una confrontación de país entre un proyecto popular, contra un proyecto de las élites, de los famosos fifís. De alguna forma, la confrontación entre Claudia y Xóchitl o Marcelo y Xóchitl llamaría la atención, pues los perfiles personales no coincidirían con tales argumentos. En estricto sentido Xóchitl procede de un origen más humilde que el de sus probables rivales; irónicamente, un perfil más asociado al México profundo tan cercano al que creó López Obrador.

Xóchitl Gálvez, ¿Candidata?

 

Buen fin de semana, la frase: “Hay gente muy extraña en este mundo, calumnian, difaman, critican, se burlan… vuelven a su casa y no logran entender porque su vida está llena de frustración, amargura y desilusión”. ¡Ánimo!

 

 

 

 

 

Autor

Héctor Reyes