Este 2023 será un año político en México; en primer lugar, se elegirá al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Es decir, del responsable de la dirección del Máximo Tribunal Constitucional del país y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), y quien fungirá como representante del Poder Judicial Federal por un periodo de cuatro años.
En seguida se llevará a cabo la elección de cuatro consejeros del Instituto Nacional Electoral. Ya que en abril del presente concluirán su encargo cuatro de los once consejeros, Lorenzo Córdova Vianello, Adriana Margarita Favela Herrera, José Roberto Ruiz Saldaña y Ciro Murayama Rendón.
Por otra parte, el 4 de junio en los estados de México y Coahuila se celebrarán elecciones ordinarias. Elegirán al titular del Ejecutivo, y en el caso de la segunda entidad, la integración de la Legislatura estatal. Para ello, del 14 de enero al 12 de febrero realizarán precampañas para gubernatura y diputaciones.
Además, el 19 de febrero, se efectuará una elección federal extraordinaria en Tamaulipas para definir una senaduría.
Y, finalmente, impregnarán el ambiente político del país los previos a los procesos internos de los partidos y sus alianzas rumbo a las elecciones 2024 en México.
Ese año, el 2 de junio, los mexicanos elegirán nuevo presidente, además, también se elegirán 128 senadores y 500 diputados federales, en tanto que se renovarán nueve gubernaturas, así como 30 congresos locales.
Por ello, EL 2023 seguro deberá generar un gran interés en la ciudadanía. Al menos eso se esperaría.
En este contexto vale la pena recordar y revisar lo que dice el Maestro Roberto Salcedo respecto a que la participación política comprende una gama de acciones diversas: atención a la información política en los medios masivos, discusión política dentro del seno familiar o en el centro de trabajo, proselitismo espontáneo sin intención, voto en las elecciones, acción comunitaria, asistencia a actos políticos, relaciones con políticos y funcionarios públicos, aportación de fondos a causas políticas, militancia partidista, trabajo de partido, realización de tareas de campaña, entre otras. Estas formas de acción política de los electores conducen, de algún modo, a orientar su voto. La participación política está impulsada por el interés propio, el sentido del deber ciudadano, el impacto percibido del gobierno sobre la vida propia, el sentido de eficacia política de la acción personal, el conocimiento de las opciones políticas disponibles. La gente vota, hace campaña, se manifiesta, hace huelga o motines porque piensa que el gobierno puede solucionar algún problema individual o de grupo.
El modo como se llevan a cabo todas estas tareas también califica la participación política y puede variar de ser completamente racional, abierta, partidista, sistemática, activa y comprometida, a sólo ser fruto de las circunstancias y emociones del momento o de la manipulación; asimismo, puede dirigirse al mantenimiento del statu quo u orientarse al cambio.
Un gran compromiso tenemos todos los ciudadanos, que deberemos recordar que la participación política es inherente a la democracia por que estimula los gobiernos responsables y el control popular de las principales decisiones públicas.
Con mis mejores deseos les pronostico que, sí nos dedicamos a construirlo, 2023 será un año brillante, fructífero y positivo.
José Vega Bautista
@Pepevegasicilia
josevega@nuestrarevista.com.mx
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