El primer feminicidio en Saltillo
En esta ocasión te platico una historia, que sucedió en esta hermosa ciudad de Saltillo cuando aún no era ciudad y se llamaba la Villa de Santiago del Saltillo, una historia trágica, una historia de engaños, una historia de asesinatos, la historia del primer femicidio registrado en esta ciudad.
La historia dice que un grupo de europeos, encabezados por el portugués Alberto del Canto, llegaron a un valle en el año de 1577 para fundar la Villa de Santiago del Saltillo. Entre los fundadores, se encontraba el Capitán Diego de Montemayor, quien se había casado en tres ocasiones con tres distintas mujeres, siendo su tercera esposa Doña Juana Porcallo. De dicha unión marital nació Estefanía Montemayor Porcallo en el año de 1568, siendo de las primeras habitantes de Saltillo.
En el año de 1581, Diego de Montemayor simuló salir de viaje, regresando de manera sorpresiva por la noche, y vaya sorpresa que encontró al encontrarse en la cama a su esposa Juana, con su compañero de armas y amigo Albero del Canto. Dicen las malas lenguas de las buenas personas que estaban en pleno acto, cuando Diego de Montemayor empuñó su espada atravesando a la mujer infiel por la espalda, dando un instante a su ahora rival de amores, Alberto, para que éste salvara su vida.
La versión más conocida y con mayor morbo de la historia, señala que Alberto del Canto en ese momento estaba casado con Estefanía, hija de su amigo y de su amante, y que Diego juró cobrar venganza por la mancha en su honor, pero que solo logró que su hija se separara del fundador de Saltillo y que a sus hijos les fuera retirado el apellido Del Canto.
Si usted se pregunta por la condena que Diego de Montemayor tuvo que purgar por el asesinato de su esposa, déjeme decirle que el mismísimo Virrey Luis de Velasco lo exoneró, ya que el marido tenía todo el derecho de hacerlo, pues era necesario lavar una injuria “tan ignominiosa a su honra”.
Ambos personajes, quienes eran amigos, compañeros de armas, familiares, para después convertirse en rivales de amores y hasta enemigos a muerte, murieron en el año de 1611, Diego a la edad de 81 años, junto a su hija y sus nietos quienes ya no portaban el apellido Del Canto, en Monterrey; y Alberto en Saltillo.
Esta es una historia triste, una historia que nunca debió suceder y que nunca debería repetirse, la historia de un feminicidio, el primero ocurrido aquí en Saltillo.
Autor
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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