SHAMIR Y LAS CONSECUENCIAS DE SU BERRINCHE  

JUAN ANTONIO MARTÍNEZ BARRIOS

El expriista y ahora neomorenista Shamir Fernández Hernández, ha recibido más críticas al interior de Morena que entre los militantes y simpatizantes del PRI. Pero unos y otros coinciden en acusarlo de traidor, advenedizo y malagradecido.

La llegada a Morena del tres veces diputado local y diputado federal bajo las siglas del tricolor, que además ha ostentado diversos cargos de designación en gobiernos priistas, fue bien recibida solamente por el subsecretario de Seguridad Pública federal y aspirante a la Gubernatura del Estado, Ricardo Mejía Berdeja.

Apenas el jueves de la semana pasada publicábamos en este espacio que Shamir Fernández padece una obsesión enfermiza por convertirse en alcalde de Torreón. Horas más tarde el egresado de la carrera de derecho por la Universidad Autónoma de Coahuila anunciaba su separación del PRI. Y dos días después su adhesión a Morena en un evento en el que Mejía Berdeja le dio la bienvenida y en el que los acompañó el alcalde de Frontera, Roberto Piña, hoy acusado de obtener 4 millones de pesos de manera ilícita con la compra de dos camiones chatarra que facturó al ayuntamiento con un elevado sobreprecio. Seguramente no volverán a invitarlo a ese tipo de eventos políticos que le restan simpatías al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El “influencer” morenista Antonio Attolini Murra le dio a Shamir Fernández una “bienvenida” en redes sociales muy diferente: “Nunca olvidaremos la traición del PRI al pueblo de México. Shamir Fernández Hernández votó en contra de la reforma eléctrica y defiende a las eléctricas trasnacionales”. Otros morenistas le han recordado que en su momento votó a favor de aprobar la “megadeuda” de Coahuila.

Otra muestra de repudio a la coalición interna Mejía Berdeja-Fernández Hernández la dieron la dupla morenista Luis Fernando Salazar-Armando Guadiana, quienes les ganaron una batalla en la renovación de la dirigencia estatal y de los consejeros estatales. Luis Fernando es aspirante a la candidatura a gobernador, pero como plan B tiene en la mira figurar como candidato a la Alcaldía de Torreón, y ve en la nueva adquisición de Morena a un potencial contrincante.

En suma, Shamir Fernández llega en calidad de traidor y advenedizo a Morena, donde de entrada ha exacerbado los ánimos, partido que no se caracteriza por practicar la unidad y que le apuesta a la popularidad de una sola figura.

Si con la carreta en marcha se acomodan las calabazas, Shamir Fernández ya tendrá tiempo de evaluar si valió la pena la deslealtad, si le redituaron las consecuencias de su berrinche porque Verónica Martínez le ganó la Presidencia del PRI Torreón. Si no es alcalde por Morena le pesará más el sello de traidor.