DE BUENA FUENTE

EN CASA

El líder del PRI en el Congreso de la Unión, Rubén Moreira Valdez, ya se concentra en la elección del 2023 en Coahuila, luego de perder la gubernatura para Carolina Viggiano ante Morena en Hidalgo.

El ex mandatario estatal regresa a su terruño, en busca también del apapacho, de un caldito de pollo para el corazón, tras caer el PRI en cuatro de seis gubernaturas que se disputaron recientemente.

Rubén no llega a sumarse, sino a que el proyecto electoral gire en torno a él, no viene a dar su opinión, vino a mandar, a ser el general, el jefe de todos los priistas y panistas.

Tal situación generó el natural desplazamiento de personas y de personajes al interior del “War room” del aspirante a gobernador, Manolo Jiménez, con las consabidas quejas.

Trascendió que ahora el equipo manolista tiene dos o tres jefes, y los personajes que antes operaban, ahora comienzan a perder voz y voto a la hora de la toma de decisiones.

Los que conocen de cerca a Moreira Valdez, saben que Rubén no comparte el poder, y se apodera de la verdad para sí mismo.

¿Quién le pone el cascabel al gato?, ¿quien se atreve a decirle al diputado federal que se requiere su apoyo, pero no su mando?

Esta bueno el encaje, pero no tan ancho.

 

DOS LAGUNEROS

El legislador federal, Luis Fernando Salazar, es el equivalente en Morena al diputado local Mario Cepeda, en el PRI.

Ambos son apestados en sus respectivos partidos, pero los toleran por intereses políticos, que, en el caso de Mario, impidieron su salida por cuestión de imagen institucional, y en el tema de Luis Fernando, porque representa un voto para la Cuatro Transformación.

Sin embargo, Mario, ha sido más leal a si mismo, pues cuando decidió irse, se fue, aunque lo hayan regresado.

En cambio, Luis Fernando, en apariencia se mantiene morenista, pero en realidad trabaja como infiltrado para otro organismo político.

Luis Fernando ganó la elección a gobernador como delegado especial de Morena en Quintana Roo, pero también puede presumir que triunfó en Durango, con la coalición PRI, PAN, PRD, a la que apoyó junto a otros jovenazos empresarios, aliados y padrinos suyos.

Las evidencias lo delatan, cuestión de tiempo, para que se hagan públicas.