AVISO DE CURVA

Tres veces ratificado 

El triunfo de Morena en cuatro de las seis gubernaturas en disputa el pasado domingo, solo puede significar una cosa: AMLO volvió a ser ratificado.

La tercera ratificación en el lapso de un año. Ninguna de ellas jurídicamente formal, pero sin duda las tres cargadas de un alto simbolismo político que, desde mi punto de vista, tendrá efectos reales en la conducción de su Gobierno.

Empezó en junio de 2021 con las elecciones intermedias, en las cuales Morena y sus aliados obtuvieron el triunfo en la mayoría de los distritos y en 12 de las quince gubernaturas que se disputaron. Podría decirse que, en su mayoría, los electores validaron el desempeño del presidente en sus primeros tres años en el poder.

Luego vino, en abril de este año, la consulta para la revocación de mandato. Morena logró movilizar más de 15 millones de votos a favor de AMLO; insuficientes para vincular el ejercicio con una ratificación o destitución legal, pero los necesarios para convertir el proceso en un triunfo político del presidente.

Por tercera ocasión, de una manera u otra, el domingo pasado AMLO estuvo en la boleta. La repetición de la batalla de 2021, Morena frente a una coalición opositora en la mayoría de las gubernaturas, despertó de nuevo esa sensación de que un voto por Morena, así sea para gobernador, alcalde o diputado, significa un voto para el presidente, y a la inversa.

Bajo esta lógica, no exagero al decir que, en la mente del presidente y su partido, aún restan dos ratificaciones: las elecciones de Coahuila y el Estado de México el próximo año, y su propia sucesión en 2024. Dos veces más, AMLO se hará presente en las urnas.

Rumbo al 23 y 24, la oposición narra su propia historia. Habla de la formación grietas en Morena en cada uno de los procesos anteriores. En el más reciente, rescatan Aguascalientes y Durango como muestras de que, en alianza, es posible obtener el triunfo.

En cuanto a lo sucedido en el proceso de revocación de mandato, la oposición señala que no se alcanzaron los 30 millones de votos que llevaron a AMLO a la presidencia. Lo que para el presidente fue un triunfo político, para sus adversarios significó una pérdida de electores.

El prisma a través del cual la oposición observó los resultados de las elecciones intermedias de 2021, los hizo encontrar grietas al momento que el presidente, con Morena y sus aliados, no logra la mayoría calificada en la Cámara de Diputados. Al mismo tiempo, la alianza opositora logró obtener importantes triunfos en las alcaldías de la Ciudad de México, bastión político del presidente.

Estas aparentes fisuras en el partido oficial o ventanas de oportunidad para sus adversarios, entusiasman a la oposición (PAN, PRI y PRD) para repetir la alianza en Coahuila y Edomex, y en la presidencial también. A excepción de Movimiento Ciudadano que tiene sus propios datos.

En efecto, el partido naranja registró de nueva cuenta un crecimiento en el número de votos captados respecto a elecciones anteriores. De hecho, tras lo sucedido el domingo pasado, Movimiento Ciudadano confirma que irá sólo en los próximos comicios, aunque, hacia el 2024, no descartan una gran alianza. Porque, además, los de Dante Delgado cuentan con tres figuras que, en nivel de conocimiento, se corean con los líderes más representativos de Morena y los partidos de la alianza opositora.

La última idea. El juego político no terminará nunca. Apenas se dieron los resultados del domingo pasado, e inmediatamente empezaron las apuestas para las elecciones del próximo año, concluidas estas, vendrá el tema de la sucesión presidencial.

No obstante, considero que las tres ratificaciones a las que me referí párrafos arriba, permiten a AMLO asumir y fomentar un discurso más integrador con relación a las principales problemáticas detectadas por los analistas: seguridad, salud y crecimiento.

En este propósito, se antoja fundamental la participación de todos los gobernadores. Tal vez llegó el momento de ratificar el funcionamiento de la CONAGO.

 

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