CÁPSULAS SARAPERAS

El cachito falsificado

En esta ocasión te platico de una historia que sucedió aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo, una anécdota en la cual dos vivillos trataron de pasarse de listos, tratando de ganarse unos pesos.

Era el año de 1973, un lunes 5 de marzo, cuando Armando Carrillo y Eduardo Flores se apersonaron en la agencia de la Lotería Nacional ubicada en aquel entonces en el pórtico del Teatro García Carrillo, sobre la calle de Aldama, ahí frente al Mercado “Juárez”. Entraron al edifico de cantera, se dirigieron a la ventanilla de la lotería y mostraron lo que parecía ser el billete ganador; le habían pegado al gordo de lotería con el número 27695, según los tradicionales niños gritones. Pero algo no estaba bien, el billete parecía una falsificación del cachito original, por lo que el responsable de la agencia, el Sr. Cepeda, antes de hacer el pago pidió a los agentes de la Policía Judicial del Estado verificaran autenticidad del cachito de lotería.

Después de una revisión, se dieron cuenta que el cachito presentado tenía alterado el tercer digito, pues en realidad se trataba del boleto con el número 27595, por lo que tanto Armando como Eduardo, quienes por cierto vivían en la calle de Nigromante, fueron detenidos y trasladados a la cárcel.

El premio gordo había caído un día antes en Ciudad Juárez, y cada cachito ganador era acreedor de un premio de 150 mil pesos.

Pero déjeme explicarle estimada y estimado Saltillense lo que se podría comprar con 150 mil pesos en aquel año de 1973, y es que por ejemplo, con un peso podrías comprar una torta; con 4 mil 695 pesos podrías adquirir un paquete que incluía un refrigerador de lujo, una batidora, una olla de presión y una licuadora en Muebles José. O bien, con 150 mil del águila, podías comprar 60 mil entradas al cine Royal, pues cada ticket costaba tan solo 2 pesos con 50 centavos. También podías comprar hasta dos casas, pues una casa ubicada en Acuña y Colón en esos días estaba a la venta por 75 mil pesos, es decir, la mitad de lo que Armando y Eduardo se querían agenciar en la lotería nacional.

Esta es una historia de dos personas, de dos vivillos que intentaron pasarse de listos, que casi casi se sacan la lotería y que aun así intentaron cobrar 150 mil pesos con un cachito falsificado, pero eso sí, sólo estaba falsificado de un solo digito. Una historia que sucedió hace casi 50 años aquí en nuestra hermosa ciudad de Saltillo.

 

 

Autor

El Heraldo de Saltillo
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