EN EL TINTERO

Evolucionamos

Sin duda, la pandemia obligó al mundo a evolucionar y adaptarse a un nuevo modelo de vida. Los actuales procesos de comunicación, para recibir educación y hasta socializar han sido todo un reto, pero la sociedad está aprendiendo a utilizarlos en su día a día.

Hace dos años, cuando comenzó la contingencia sanitaria por Covid 19 surgieron plataformas digitales necesarias, principalmente para la educación y el trabajo. Junto con ellas, un gran número de delitos en la red ponían en riesgo a un grupo de la población, ignorante del uso de estas herramientas.

Sin embargo, hoy en día, esto ha cambiado, pues existe control de las plataformas y se han diseñado elementos de seguridad para evitar que personas ajenas a una comunidad ingresen a un canal de comunicación sin permiso o aprovechen la distancia para cometer actos delictivos dentro de la red.

De acuerdo a la Coordinación General de Análisis de Información y de Inteligencia Patrimonial y Económica de la Fiscalía General de Coahuila, los delitos en el ciber espacio bajaron hasta un 50 por ciento, debido a que se implementaron candados para poner un alto la delincuencia.

Y es que la extorsión, el secuestro, aprovecharon el momento de confusión y crisis de una sociedad que tuvo que evolucionar rápidamente a una nueva era digital; sin embargo, la facilidad de comunicarse entre diversas redes significó una oportunidad para no caer tan fácilmente en el engaño.

Por otro lado, la pandemia también sirvió como un pretexto en algunas instituciones públicas para justificar la atención al público, alegando brotes de casos, y otras situaciones evitando cumplir con su labor.

Sobre todo, aquellas que tienen que ver con los temas de seguridad y derechos humanos dicen no tener a la mano información relevante que debería y estar en la plataforma digital con fácil acceso y ser pública.

Y en los temas de salud, aunque efectivamente hay muchísimos héroes de bata blanca también hay quien cotidianamente incurre en negligencias con o sin pandemia como en el caso del ISSSTE, en donde recientemente se evidenció, justo en la red, el caso de una menor en silla de ruedas con parálisis cerebral

Su madre desesperada comenzó a grabar, y hacer la denuncia pública, pues llevaba cinco horas esperando sin que le brindaran atención, pese a que la pequeña estaba convulsionando.

Así que todo va evolucionando, ya no es tan fácil que las instituciones oculten una negligencia o impida que el afectado la ponga en evidencia. Tampoco que las dependencias evadan su responsabilidad.