CINEMATÓGRAFO

“No mires arriba”, una comedia negra que se sale de lo común

Hace mucho que tenía la intención de hablarle de esta comedia negra apocalíptica que apareció en Netflix el año pasado. Me refiero a “No mires arriba” (Don’t Look Up), un filme tan desconcertante como interesante, pero cuyo resultado final no evita el calificativo de palomera a pesar de los múltiples pasajes memorables que transitan a lo largo de sus 145 minutos de duración.

Ciertamente, la cinta dirigida por Adam McKay es un tanto larga, aunque el tiempo, justamente en este caso, es relativo en absoluto, pues se pasa como agua, impulsada con la hilarante situación que, por cierto, sirve de base para establecer un argumento crítico a los medios de comunicación, a los cuales pinta como los grandes alienadores, haciendo énfasis en el notorio impulso de la cultura hegemónica, transformando hasta al más recto y disciplinado de los personajes.

El trabajo histriónico destaca muy por encima de la historia. La participación de Jennifer Lawrence personificando a Kate Dibiasky una estudiante de posgrado de Astronomía con problemas de drogas e identidad, así como la relación directa con Leonardo DiCaprio haciendo el papel de su profesor doctoral, Randall Mindy, un despistado y desganado personaje, consiguen una sinergia especial, que sin duda levanta la calidad del filme.

Una mención especial en la cuestión histriónica es la participación de Cate Blanchett caracterizada como una presentadora de televisión llamada Brie Evantee, a quien solo le importa el mundo superficial y eso transmite y, a Meryl Streep, quien se convierte en una mujer patética, que dirige los destinos del país más poderoso del mundo, cuyo personaje se llama Janie Orlean, ocupada más por su popularidad en los medios y por mantener el poder, que por salvar al mundo del colapso.

La inmersión en los medios de comunicación, pero sobre todo en las altas esferas de la política estadounidense explotando la frivolidad de una sociedad como la estadounidense, ponen la sal y la pimienta al hecho primordial, que por momentos pasa a segundo plano.

El filme narra a grandes rasgos, el momento en que una estudiante de doctorado descubre un asteroide tremendamente grande que en unos meses golpeará a la tierra, acabando con todo lo que conocemos. Como parte de sus obligaciones educativas, hace el reporte a su profesor, quien contacta con el gobierno de su país (EUA), para avisar del hallazgo y de todas sus implicaciones.

Con estos elementos, Adam McKay desenreda una madeja de situaciones divertidas, aunque en verdad tiene momentos absurdos que se convierten en tropiezos del filme.

Sin duda, una cinta entretenida, que bien vale la pena darle un vistazo. La encuentra disponible en la plataforma de Netflix para su comodidad.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.