CLAVE DE FA

La ola de la izquierda toma Latinoamérica de nuevo

“Un fantasma recorre Latinoamérica: es el fantasma de la izquierda.” Sí, estoy parafraseando el inicio del Manifiesto del Partido Comunista para referirme a la consolidación de la nueva ola de la izquierda en América Latina. López Obrador en México, Díaz Canel en Cuba, Xiomara Castro en Honduras, Ortega en Nicaragua, Maduro en Venezuela, Pedro Castillo en Perú, Luis Arce en Bolivia, Alberto Fernández en Argentina, y ahora Gabriel Boric en Chile, son las figuras que conforman este bloque político. Cada uno de estos países tiene circunstancias particulares que permitieron la llegada de un gobierno de izquierda, pero sí hay varias tendencias que dibujan esta marea.

La primera es que varios candidatos de izquierda no necesariamente representan las causas de izquierda, sino el antisistema. Es decir, la gente no votó por creer en esa ideología, sino como un voto de castigo al gobierno de derecha en turno. Este es el caso de Honduras, donde la gente se volcó a votar por la opción con posibilidades de ganar que pudiera poner fin a todo lo que oliera al actual presidente Juan Orlando Hernández. Otro caso similar es el de Argentina donde los electores no necesariamente simpatizaban con el peronismo, pero sí con algo diferente a Macri.

La segunda tendencia tiene que ver con las disparidades en la calidad de vida en las sociedades, una dolorosa realidad, que la izquierda ha sabido capitalizar con el discurso polarizante de la nueva lucha de clases. Es decir, situar al elector en un debate entre mantener los privilegios de unos pocos, o proteger los intereses de la mayoría pobre, que definen como “el pueblo”. Un ejemplo claro de esto es México en el 2018.

Posteriormente, están los países donde los gobiernos de izquierda son producto del reacomodo de fichas por la inestabilidad política. Ejemplos, Pedro Castillo en Perú, que hoy se tambalea, y Bolivia, donde se le pasó factura a la expresidenta Jeanine Añez.  Por otro lado, están las dictaduras rancias como Cuba, Venezuela y Nicaragua, que se sostienen con métodos antidemocráticos y culpando a Estados Unidos de su incapacidad para darle a sus pueblos condiciones dignas de vida.

Y finalmente, destaca Gabriel Boric en Chile, que encabezará la izquierda millennial, la cual promete un vuelco fresco más allá de ideología, que la final del día es lo que el votante promedio busca. Izquierda o derecha le da igual, siempre y cuando el gobernante resuelva sus problemas del día a día.

La Teoría del Péndulo nos dice que en el 2022 la marea de izquierda seguirá creciendo.   Atención con Colombia y Brasil que irán a las urnas bajo el mismo esquema. ¿Será que viran a la izquierda también? Veremos, dijo el ciego.

 

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael