“Canción sin nombre”, un filme encantador en su propia dialéctica
El drama se puede transmitir en el cine de diversas maneras, no solo los actores son responsables de proyectar los sentimientos y las sensaciones, la música y la fotografía juegan un papel indispensable en esa labor. Precisamente el trabajo de Inti Briones como directora de fotografía fue lo que me llamó la atención por sobremanera de la cinta “Canción sin nombre” (2019), que aunada a al guion y el trabajo histriónico, me llevaron a platicarle al respecto.
Muchos detalles hacen especial a este filme. En primer término, debo platicarle que se trata de la ópera prima de la cineasta peruana, Melina León que fuera seleccionada y exhibida en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes en 2019, lo cual, evidentemente es una muestra de su gran calidad.
El filme narra la historia de Georgina Condori (Pamela Mendoza), una mujer de la etnia ayacuchana, quien migra a Lima huyendo del terrorismo que azota su ciudad. En la capital de su país, escucha la radio, donde mencionan que una clínica atiende gratis a las mujeres embarazadas y asiste para que lleven a cabo su parto, aunque no le entregan a su hija y la clínica desaparece.
La mujer agraviada acude a las autoridades a presentar la denuncia por el secuestro de su hija sin recibir mucho apoyo, hasta que le recomiendan ir a un diario, donde un periodista llamado Pedro Campos (Tommy Párraga), retoma la historia para indagar en temas truculentos, que incluso tienen que ver con la guerrilla de Sendero Luminoso, de la cual están huyendo.
La cinta protagonizada por Pamela Mendoza, Tommy Párraga, Lucio Rojas, Maykol Hernández y Lidia Quispe, está filmada en blanco y negro, un aspecto que además de llevar al inconsciente al pasado, permite a la realizadora peruana imprimirle un impacto emocional bastante fuerte que, aunado a la intensa premisa del secuestro infantil y la guerrilla, resulta un argumento sumamente intenso.
El retrato de una sociedad limeña de final de los años ochenta, durante el gobierno de Alan García, sirve de contexto para los personajes y la problemática que se plantea, tan interesante que ha sido factor preponderante para todos los premios que ha obtenido en diversos festivales de cine alrededor del mundo.
El filme resulta encantador en su propia dialéctica, que se disfruta de principio a fin, más allá de los temas espinosos, el trabajo histriónico, la dirección y el diseño de arte se mezclan de una forma armoniosa para construir este fantástico discurso cinematográfico.
En suma, un largometraje sumamente recomendable que puede encontrar en la plataforma de Netflix.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.
Autor
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Periodista, escritor y catedrático. Lic. en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM y actualmente maestrante en Comunicación por la UACH.
Titular de columna "Cinematógrafo 04". Imparto Taller de Micrometrajes Documentales, así como el Diplomado en Cine y Cultura Popular Mexicana.
Ganador del premio a la investigación Ana María Agüero Melnyczuk 2016, que otorga la Editorial argentina Limaclara
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