Se espera que en los siguientes dos años pase de 70 a 100 estaciones de monitoreo de banda ancha, informa Arturo Iglesias Mendoza
Ciudad de México.- Para finales de este año o inicios de 2022 se prevé que esté listo el Centro Alterno de Monitoreo en Pachuca, Hidalgo -proyecto espejo del Servicio Sismológico Nacional (SSN), operado por la UNAM, en Ciudad Universitaria- que de manera sostenida incrementará sus estaciones de monitoreo de banda ancha en el país, durante los próximos dos años.
“Las cerca de 70 estaciones de banda ancha que tenemos transmiten, vía satélite, gran cantidad de datos en tiempo real, cerca de mil muestras, mil datos por segundo. En los últimos 10 años prácticamente se ha duplicado su número y la expectativa es que dentro de dos años tengamos unas 100 de estas estaciones”, asegura su titular Arturo Iglesias Mendoza.
Estas estaciones cuentan con un sismómetro que mide la velocidad con que se mueve el suelo, un acelerómetro que registra la aceleración y un receptor GPS/GNSS que mide el desplazamiento, agregó.
El SSN, operado por la UNAM, cumple 111 años de realizar una tarea primordial para la sociedad mexicana y lo celebra con proyectos para incrementar el monitoreo oportuno y en tiempo real a lo largo del territorio mexicano, comenta el funcionario universitario.
La primera fase del edificio del Centro Alterno de Monitoreo, agrega, está prácticamente concluido e inició su equipamiento.
Los nuevos instrumentos se distribuirán a lo largo del país con el objetivo de contar con un catálogo completo de sismos de magnitud mayores a 3.5.
El experto en sistemas de alerta temprana para temblores y tsunamis agrega que la expansión de la red obedece a la vocación nacional del SSN por monitorear los sismos en el país, tarea que actualmente está concentrada en el sur del territorio mexicano.
Investigación científica
El Servicio Sismológico Nacional también tiene un fuerte compromiso con la investigación científica. “El uso de ondas sísmicas para estudiar el interior de la Tierra es fundamental para conocerla mejor. Algo que no se sabe normalmente es que estos sensores registran los sismos de todo el mundo, sólo depende de la magnitud”, agrega Iglesias Mendoza.
Con los equipos que tiene el SSN se puede, por ejemplo, registrar un sismo suficientemente grande ocurrido en Japón y los datos sirven para estudiarlo en particular y el interior de la Tierra. Esta labor se realiza en colaboración con el Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica.
El Centro Alterno de Monitoreo también permitirá la redundancia del respaldo de los datos sismológicos útiles para la investigación, el diseño de nuevos reglamentos de construcción y herramientas para conocer mejor el comportamiento de las estructuras y suelos de diferentes áreas, entre otras tareas, agregó el también doctor en Ciencias.
Digitalización de registros
El SSN fue fundado el 5 de septiembre de 1910 y era parte del Instituto Geológico Nacional de la Secretaría de Minería y Fomento. En 1929 ambos se integraron a la Universidad Nacional y el Instituto Geológico es actualmente el Instituto de Geología. A finales de la década de los 40, al crearse el Instituto de Geofísica, el Sismológico Nacional pasó a ser parte de esta nueva entidad académica.
Este servicio resguarda los registros acumulados en 111 años. Existen 201 mil 338 sismos en catálogo a partir del 20 de enero de 1900, y registros en papel desde 1906, sumando 310 mil sismogramas hasta 2015, los cuales están en la Biblioteca de Ciencias de la Tierra.
Estos datos han empezado a digitalizarse para llevar a cabo el proyecto conocido como Sismoteca Nacional. El objetivo es que personas de diferentes partes del mundo puedan, en un futuro, consultar en línea los sismogramas resguardados.
“Es una especie de tesoro que tenemos en resguardo de la Universidad, así como la Biblioteca o la Hemeroteca Nacional tienen colecciones únicas, los registros también son muy valiosos”, expresa Iglesias Mendoza.
Todo el año es temporada de sismos
El experto universitario rechaza que el mes de septiembre sea temporada de sismos como algunas personas creen, y afirma que al revisar la historia de México en cada uno de los meses es posible ubicar, al menos, uno relevante que ha causado daños a la población.
“No hay ninguna razón científica que explique que los sismos ocurren más en un mes en particular o en una temporada del año. Se dice que todo el año es temporada de sismos, lo cual es cierto, porque pueden ocurrir en cualquier momento y no hay manera de establecer cuándo se registrarán”, asevera.
Es conveniente que la población sepa que suceden a lo largo del planeta y se concentran en zonas en las que interactúan diversas placas tectónicas; en México tenemos cinco de estas placas.
Asimismo, subraya que el SSN opera las 24 horas del día los siete días de la semana. Incluso durante la pandemia por la COVID-19 monitorea y reporta la información de forma cotidiana y oportunamente. (EL HERALDO)
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