Juan Antonio Villarreal Ríos: una vida dedicada al teatro en Saltillo

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11 julio, 2021

La primera vez que Juan Antonio Villarreal Ríos actuó en teatro tenía 18 años, desde el momento en el que pisó un escenario y contó con el primer aplauso del público, supo que su vida estaría dedicada a esta expresión artística.

«Viene desde la Universidad. Dentro de mi formación como arquitecto en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. El sistema educativo nos exigía ir a ver espectáculos artísticos y discutir sobre ellos. A fuerza de una inquietud que por ahí venía, el teatro me fue llamando», narró a EL HERALDO.

Oriundo de Piedras Negras, Coahuila, asegura que fue el mismo teatro el que lo trajo a Saltillo en la década de los 80. En esta ciudad pudo explotar su potencial actoral, avalado por sus 36 años de carrera ininterrumpida en la que ha participado en más de 180 puestas en escena.

«Llegó a Saltillo y hay la posibilidad de hacer teatro con un grupo que se estaba formando y que era dirigido por Eduardo Arizpe, en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila. Ahí empezamos nuestro trabajo encima de los escenarios, Saltillo me ha dado muchas oportunidades de desarrollarme. Nos ha tocado cruzar el charco y presentar un trabajo en Marsella, Francia, en el 2006, pero siempre regresamos aquí porque sentimos que es nuestra casa», apuntó.

LA REALIDAD Y EL PERSONAJE

El también director del grupo teatral «El Séptimo Cielo», quien continúa con su preparación de manera autodidacta y acudiendo periódicamente a talleres de actuación, considera que el reto más difícil de hacer teatro no es el perfeccionamiento de la expresión corporal, aprender diálogos o la caracterización sino no dejar que los personajes se apoderen de quien los interpreta.

«Tenemos que saber que somos nosotros, que somos el personaje y que somos espectadores de nosotros mismos, que somos estos tres seres al mismo tiempo. Eso es lo interesante del teatro, cómo entregarnos al personaje sin dejar de ser nosotros», mencionó.

«Debes tener controlado eso y que durante la hora que dura tu actuación sobre el escenario, mantener ese personaje sin perderte tú porque morimos, amamos. Ese es el trabajo del actor, cómo entrar y salir del personaje, cómo acceder a esta ficción verdadera», platicó.

EL FUTURO

Para Juan Antonio, generación tras generación el teatro seguirá vigente y evolucionando, confiando en que los nuevos actores y dramaturgos continuarán con la amplia trayectoria del teatro saltillense.

«Creo que he tenido la fortuna de trabajar con muchísima gente, casi con toda la gente que hace teatro en Saltillo. Sigo trabajando con gente joven también. Hemos dado talleres o acercamos proyectos a gente joven. Lo más reciente que tenemos es ‘Mis Hijos eran Todos’, en la que está Guillermo Guajardo, Luis Saldaña, Jesús Cervantes, Oscar Troyo y Mónica Almanza», expresó.

«Nos encontramos en este lenguaje, vamos enseñando sobre la marcha, sobre el escenario, sobre cómo vamos descubriendo el personaje y ahí seguimos. Esta posibilidad que tengo de seguir trabajando con jóvenes, con gente también de mucha experiencia, es importante. No ponemos barreras alrededor», indicó el miembro de la Asociación Coahuilense de Teatristas.

A LA ESPERA DE MÁS TEATRO

Con el mismo nerviosismo y las mismas ganas que experimentó durante sus primeras incursiones en teatro, el también dramaturgo se encuentra a la espera de saber si alguno de los trabajos en los que participa, titulados «El Narco Negocia con Dios» y «Mis Hijos eran Todos», este último de su autoría, fueron seleccionados participar en la próxima Muestra Estatal de Teatro Coahuila 2021, para volver a los escenarios de la entidad.

«La Muestra se presentará del 11 al 15 de agosto, aún no nos confirman el espacio en el que se hará. La Secretaría de Cultura de Coahuila nos convocó a esto, enviamos dos proyectos. El 16 de julio dan resultados, veo buenas posibilidades porque tenemos una trayectoria, porque a través del tiempo hemos demostrado que lo que presentamos tiene un rigor, que hay un trabajo». (OMAR SOTO / EL HERALDO)