En medio de la polémica se encuentra la vacuna desarrollada por los laboratorios AstraZeneca luego de que cuatro países europeos han decidido suspender la aplicación de esta vacuna en sus respectivos territorios por presentar problemas de coagulación en un porcentaje de los pacientes vacunados.
Las autoridades sanitarias de Dinamarca, Isalandia, Noruega e Italia, implementaron esta medida luego de que pacientes generaran casos de trombosis después ser inoculados, aunque aún no se puede definir si estos casos tienen relación con la vacuna. Las naciones decidieron hacer una suspensión temporal del uso de esta vacuna, hasta que las investigaciones de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) haga estudios más a fondo sobre problemas de coagulación diagnosticados en varios países.
Cabe señalar que uno de los requisitos para la aplicación de cualquiera de las vacunas contra el COVID-19 es que el paciente esté libre de problemas de coagulación en la sangre, así mismo, también se le pide al vacunado, no ingerir en un periodo de 40 a 60 días medicamentos que afecten la coagulación, como el ácido acetil salicílico.
Ante la situación el Gobierno Británico, defendió la vacuna que es producida en su territorio. “La vacuna es segura y eficaz” dijo un portavoz del primer ministro Boris Johnson, e instó a la población a que acudieran a los centros de vacunación afirmando “Cuando se pide a la gente que se presente a recibirla, debe hacerlo con confianza”. (CON INFORMACIÓN DE SIN EMBARGO Y EFE)
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