Ni la pandemia detiene la carrera armamentista

El «reloj del juicio final» es un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo 

Ciudad de México.- Debido a la pandemia por la COVID-19, la crisis climática y el continuo trabajo en el desarrollo de armas nucleares, el llamado “reloj del fin del mundo” se mantiene a 100 segundos de la media noche, aseguró Jans Fromow Guerra, experto de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM y miembro de la organización Médicos Internacionales para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW, por sus siglas en inglés).

“La pandemia sirve como una llamada de atención histórica, una ilustración vívida de que los gobiernos nacionales y las organizaciones internacionales no están preparados para manejar las armas nucleares y el cambio climático, que hasta ahora habían sido vistas como amenazas existenciales para la humanidad”, reflexionó.

Detalló que esto es una mala noticia debido a que implica que durante el 2020, pese a la emergencia sanitaria, se mantuvo el desarrollo de mecanismos de envío de armas nucleares y misiles de todo tipo.

Como ejemplo, el consejero universitario por el Posgrado de Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud en la UNAM, recordó que recientemente Inglaterra comenzó la modernización de su sistema Trident -que tiene con los Estados Unidos- para el manejo, detonación o envío de sus artefactos nucleares.

Cuenta regresiva   

La hora del llamado “reloj del fin del mundo” o del “juicio final” es definida por un comité en el que participan 13 ganadores del Premio Nobel, todos miembros del Boletín de Científicos Atómicos, creado en 1945 por Albert Einstein y los científicos que ayudaron al desarrollo de la primera bomba atómica, en el Proyecto Manhattan.

Dos años después, crearon el “reloj del juicio final”, utilizando el imaginario del apocalipsis (la media noche) y el idioma contemporáneo de una explosión nuclear (conteo regresivo a cero) para mostrar el conjunto de riesgos que enfrenta la humanidad y el planeta.

Desde entonces es un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo a la catástrofe provocada por las armas nucleares, el cambio climático y las tecnologías disruptivas, entre otros problemas.

“Todos los países del club nuclear tienen un esfuerzo de modernización de los sistemas de envío de las armas, tanto Estados Unidos como Rusia, que poseen el 90 por ciento de las armas nucleares”, precisó Fromow Guerra.

Hoy en día existen aproximadamente 14 mil armas nucleares, la mayoría en estado de alerta, es decir, con la capacidad de ser detonadas en cuestión de minutos, agregó.

“Estados Unidos y Rusia han ido perfeccionando las armas que tienen capacidades supersónicas que hacen más difícil hasta una intercepción del arma nuclear. Esto genera, además, mecanismos de contraataque que viajan a nivel del espacio, lo que implica la militarización del espacio”, destacó el ganador del Premio Bienal Oftalmología 2012.

Impacto de la COVID  

A partir de finales de 2019 la humanidad enfrenta la pandemia de COVID-19, la cual en 2020 cobró la vida de 1.7 millones de personas y enfermó, al menos, a 70 millones más. Lo anterior mostró lo escasa preparación y disposición de las naciones y del sistema internacional para manejar las emergencias globales.

A través de su sitio de internet, el Boletín de Científicos Atómicos precisa que en esta época los gobiernos renunciaron con demasiada frecuencia a su responsabilidad, ignoraron los consejos de expertos, no cooperaron ni se comunicaron de manera eficaz y, en consecuencia, no protegieron la salud y el bienestar de sus ciudadanos.

“Si vemos la disrupción terrible en salud en todo el mundo -por lo que ha afectado los sistemas económicos-, las pérdidas de trabajo, por el número de pobres que se van a generar y todo esto, que es terrible, ni la más pequeña parte es de lo que ocurriría, en un supuesto, por el uso de armas nucleares en su etapa más pequeña”, reflexionó Fromow Guerra.

El actual consejero internacional del IPPNW precisó que en caso de un conflicto entre India y Paquistán estas naciones usarían solo el 50 por ciento de las armas nucleares que poseen, (equivalente a menos de uno por ciento de las que hay en el mundo), suficiente para provocar la muerte de aproximadamente 20 millones de personas.

Además, se dañaría el medio ambiente por incendios y el hollín que subiría a la atmósfera reduciría la luz de Sol, lo que ocasionaría un enfriamiento drástico de 1.5 grados Celsius, situación que pondría en alto riesgo la producción de alimentos, especialmente de granos.

Se calcula también que en los primeros 20 años de este supuesto morirían dos mil millones de personas debido al hambre. Para dimensionar el problema, el médico oftalmólogo recordó que la actual crisis climática se debe a que, en los últimos 120 años, la temperatura aumentó 1 grado Celsius.

Efecto Trump-Biden

Fromow Guerra destacó que durante el gobierno de Donald Trump, Estados Unidos salió del Acuerdo de París, del Plan de Acción Conjunta Integral con Irán, y del Tratado de Misiles y Armas Intermedias con Rusia, que implicaba no tener misiles en una franja de Europa del este.

“Con la elección del presidente (Joe) Biden se ha hablado de la intención de regresar al acuerdo de París, además de renovar el tratado START, que implican la reducción y limitar las armas estratégicas, lo que implica el compromiso (de EU y Rusia) para limitar el número de misiles balísticos intercontinentales, cabezas nucleares; y fue extendido hasta el 2026. Dentro de todo, es una buena noticia”, consideró el también investigador. (UNAM)

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Agencias