TRUMP ESTÁ EN PROBLEMAS

Si alguien está sintiendo pasos en la azotea es Donald Trump, quien hasta hace un par de meses iba en caballo de hacienda rumbo a su reelección. Había logrado cortar la gangrena sobre las acusaciones de interferencia rusa en la elección del 2016, superó el escándalo del pago que hizo a una actriz porno, ya se imaginarán el propósito; sobrevivió al impechament; la economía de su país estaba sólida a pesar de las múltiples guerras comerciales que desató; y su aprobación andaba estable en un 45%.

Hoy el escenario es diferente. Los efectos devastadores del COVID-19 han causado en Estados Unidos al menos 122,000 defunciones y más de 20 millones de empleos perdidos. Además de la crisis de tensión racial por la muerte de George Floyd a manos de un policía, lo cual desató múltiples protestas del Black Lives Matter, inclusive en frente de la Casa Blanca.

Por ello, este fin de semana, Trump necesitaba un evento que demostrara músculo político para animar a su base, el cual se llevaría a cabo en Oklahoma. Directivos de su campaña estuvieron alardeando que había más de un millón de personas solicitado espacios para asistir. ¿Cuántas personas asistieron realmente? 6,200 de acuerdo al Departamento de Bomberos. Aparentemente, miles de jóvenes usuarios de la red social TikTok solicitaron boletos para asistir, sin tener la intención de presentarse. Le reventaron el evento a Trump a base de clicks.

Las reacciones no se han hecho esperar, por lo que Trump está y tratando de tapar flancos, como tratar de impedir que la gente pueda votar correo, anunciando que bajo esta modalidad habría un fraude electoral masivo. Y cuando un político se adelanta a decir que la elección está arreglada es porque anticipa una derrota.

Las encuestas reafirman este panorama adverso para Trump pues Biden gana a nivel nacional por más de 8 puntos en promedio. Y estados que Trump había ganado en el 2016 como Carolina del Norte, Wisconsin, Michigan, Pensilvania y Arizona, hoy se han decantado hacia el lado Demócrata, o están muy competidos.

No obstante, no hay que dar por vencido a Trump. Su base es férrea y está motivada para movilizarse a las urnas. Eso vale más que 100,000 spots, eventos y discursos políticos. Mientras que Joe Biden no ha logrado despertar el mismo nivel de interés en su campaña, sino que por el momento depende del odio hacia Trump como factor para crecer electoralmente. En lugar de inspirar a sus seguidores como lo hizo, por ejemplo, Obama en el 2008.

Nada está escrito, y en campaña cada día los vientos cambian. Se trata, por lo tanto, de navegar apoyándose en las resistencias, cosa que le ha resultado bien a Trump a lo largo de su presidencia. Veremos si eso le permite mantenerse 4 años más en la oficina Oval o si le cuesta la reelección.

 

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael