Pues tenemos a alguien mejor
En esta ocasión te platico de un evento público, multitudinario, un evento que organizaron para realizarlo en la colonia Guayulera en el año de 1954, en donde nombrarían a un candidato para la presidencia municipal de esta hermosa ciudad de Saltillo.
En aquellos años el gobernador del estado de Coahuila era don Román Cepeda Flores, oriundo de Artega, pero con muchos familiares que residián en esta misma ciudad, entre ellos un primo hermano muy cercano, con quien había afecto verdadero y quería impulsarlo para que fuera candidato del PRI a la presidencia municipal de Saltillo, y despúes por supuesto alcalde de esta hermosa ciudad.
Los tiempos del llamado “destape” se acercaban y el señor gobernador decidió que don Raúl Malacara fuera el responsable del acto en el cual, el primo del gobernador sería designado candidato a Presidente Municipal; para esto don Raúl decidió que el evento se realizara en la Colonia Guayulera.
El día evento llegó y al tomar la palabra don Raúl, durante más de una hora estuvo hablando de los valores éticos, morales, familiares, humanos y demás que contaba el primo del gobernador. Mientras tanto, en palacio de gobierno, algo sucedió que el mismísimo Gobernador había cambiado de desición, por lo que decidió escribir con su puño y letra el nombre de quien sería el candidato y después alcalde, dandoles ese nombre escrito en una tarjeta y dentro de un sobre, en propia mano al teniente Rangel, quien de ipso facto se dirigió hacia la colonia Guayulera en su motocicleta con la sirena encedida para llegar con la mayor celeridad posible.
El teniente Rangel llegó, se dirigió al templete, donde don Raúl había propuesto al primo del gobernador, como candidato, ante la “democrática” asamblea. Rangel le entrega el sobre a Raúl, quien para clausurar la asamblea democrática, dijo: “ya oyeron Ustedes todas las cualidades y virtudes que tiene la persona de quien les he hablado durante más de una hora, pues le queda corto muy corto a Manuel Valdés Dávila, que es nuestro mejor candidato y para quien pido un fuerte aplauso”.
Don Manuel Valdés no se encontraba en la asamblea por lo que se decidió formar una comisión para ir a buscarlo a su casa y darle noticia que había sido “democráticamente” designado candidato a la presidencia municipal de esta hermosa ciudad de Saltillo.
Estimada y estimado Saltillense, dejeme confesarle dos cosas, la primera, durante años, había escuchado esta anécdota, pero siempre creí que era algo fantasioso, algo que no había sucedido, hasta que leí un libro escrito por don Luis N. Dávila Flores, donde narra este hecho; y la segunda es que ya encontré a alguien más que le ha pasado lo mismo, pero estoy seguro que no me volverá a pasar.
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