LOS MENSAJES OCULTOS EN “EL RESPLANDOR”

Uno de los cineastas más impenetrables y crípticos, fue Stanley Kubrick. Al menos en dos de sus obras maestras -“El Resplandor” y “Ojos bien cerrados»- supo desplegar pistas y claves para que los fanáticos de su cine se deleitaran descubriéndolas. Hay una leyenda urbana que asegura que Kubrick ayudó a «simular» el alunizaje de 1969, lo que da pie para pensar que la teoría conspirativa de que el ser humano nunca llegó a la Luna es cierta y suma y sigue.

A propósito del inminente estreno de “Doctor Sueño”, secuela de “El Resplandor”, la magnífica obra terrorífica de 1980, recogemos algunas claves dispersas en su cine para que se den cuenta que el estilo de Kubrick fue siempre un enorme y potente laberinto del cual pocos pueden salir indemnes.

Existe un documental titulado «Habitación 237» realizado por Rodney Ascher y Tim Kirk, fanáticos de la obra de Stanley Kubrick, que, con paciencia y sensibilidad,  explora las claves que se van desplegando en la polémica adaptación que Kubrick realizó de la novela “The Shining”, de Stephen King, hace casi cuatro décadas y que, a pesar de las iras del escritor que nunca quedó conforme con esta adaptación, se alza como uno de los mejores filmes de terror psicológico de todos los tiempos.

El esquema argumental se centra en Jack Torrance, un escritor en apuros y alcohólico en recuperación, personificado por Jack Nicholson, su esposa y su pequeño hijo Danny. Esta tríada –padre/madre/hijo- se muda al enorme Hotel Overlook, un imponente y aislado retiro montañoso, lugar en que Jack ha sido contratado como cuidador durante la época de invierno.

El número 12 (o 1 + 2)

Ponga mucha atención: el suspenso crece cuando descubrimos que el pequeño Danny tiene habilidades psíquicas y que su padre, en algún instante, ha sido un abusador, golpeándolo e incluso lesionando su hombro durante un arrebato alcohólico. Un día, jugando por los laberínticos pasillos del hotel, el muchacho encuentra la siniestra habitación 237.

Si usted suma los números de la pieza le da 12, es decir, 1 + 2 = 3, esto es, la tríada (padre/madre/hijo). Pero si suma las letras de los nombres de los personajes todos suman 12, partiendo por Jack Torrance (doce letras).

Sigamos.

Se sabe que “El Resplandor” es mucho más que una película de terror y si ponemos atención, los diálogos de los personajes, sus ropas e incluso el diseño de las alfombras del hotel son códigos, mensaje secretos que una vez revelados le confieren un nuevo significado a este monumental filme.

Algunos mensajes que están “sumergidos” dicen relación con el genocidio de la población indígena en América (de hecho, hay un diálogo al comienzo del filme en que se explica que el hotel fue construido sobre un cementerio indio), abarcando también temas como el holocausto judío hasta la admisión de que la llegada a la Luna de 1969 fue un invención.

Otro dato para aseverar que el filme alude al genocidio indígena: un frustrado Jack hace rebotar una pelota de goma contra un tapete indígena colgado en la pared de la recepción del hotel, mientras que en la despensa están acumuladas latas de polvo de hornear marca Calumet, nombre de una pipa de paz indígena.

Otro número que se repite constantemente es el 42: Danny lleva una camiseta de béisbol con ese número en las mangas, mientras que en otra escena en un televisor están pasando la película «Verano del 42». Fue precisamente en 1942 cuando la oficialidad nazi se reunió en la conferencia de Wannsee para planificar el genocidio de los judíos europeos.

Avala este hecho la insistencia de Kubrick de cambiar el color del automóvil familiar que era rojo en la novela de King y pasó a ser amarillo en la película, el color de la identificación en forma de estrella de David que los judíos eran forzados a usar.

Respecto del mito del alunizaje falso, teoría que hasta hoy tiene miles de adeptos, el propio Kubrick confesó alguna vez que colaboró con el gobierno estadounidense para simular el alunizaje del Apolo 11 y en el documental, los cineastas dicen que las claves se encuentran desparramadas en “El Resplandor”.

Así, en una escena, el pequeño está jugando con sus autos sobre el extraño diseño de la alfombra del hotel. Se encuentra sentado dentro de una forma hexagonal, la misma que tiene la plataforma de lanzamiento del Apolo 11. Y cuando Danny se levanta, un cohete con la inscripción Apolo 11 puede verse en la ropa del niño, que empieza a caminar lentamente hacia la habitación 237.

Un dato escalofriante: en los años 60 las escuelas enseñaban que la distancia de la Tierra a la Luna era 237.000 millas (381.414 km), es decir, el número de la habitación terrorífica del filme.

Todos estos datos son necesarios para la revisión que el cinéfilo debe hacer antes de visionar “Doctor Sueño”, la secuela de “El Resplandor”.

Pero antes de terminar, conviene agregar otro dato freak: las iniciales del director son idénticas a las del autor del libro: S.K. Curioso, ¿verdad?

Autor

El Heraldo de Saltillo
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