LA PASTA MORAL

 

ARMANDO LUNA CANALES

¿De qué está hecha una persona? Junto al físico hay ideas, sentimientos, costumbres. Una rápida búsqueda en internet dará cientos de resultados si consultamos: pasta moral. Destaco de su contenido la idea de diferencia.

Siempre que alguien habla de pasta moral, lo hace para distinguirse de alguien más. En todos los casos lo hacen para proponer la superioridad de su moral, o la inferioridad del otro. Justamente la más clara muestra gravita en la idea de desigualdad, diferencia e inferioridad. Quien se siente hecho de una mejor pasta moral, entiende como lógico el rechazo del otro.

Una pasta moral superior implica para algunos el respeto, la tolerancia, la solidaridad, entre otros valores. Para otros una pasta moral inferior implica codicia, desconfianza y egoísmo. Ahí está el eje del discurso de la 4T, en el progreso moral, sobre la falsa idea de que lo nuevo es mejor que lo anterior. Esto es falso porque no existe una evidencia empírica o científica de que así sea. Por el contrario, lo que sí tiene evidencia plena es que todos los humanos estamos hechos de la misma pasta moral, con los mismos defectos y debilidades.

El argumento de la superioridad moral de una época, de una religión, de una raza o de una clase sobre otra, de opresores sobre los oprimidos, de conquistadores sobre indígenas, y en general, de nosotros sobre nuestros enemigos ha servido en todo tiempo y lugar para justificar las mayores atrocidades.

Sin duda estamos ante sistemas morales incompatibles. Es por ello que la propaganda gubernamental suena tan bien para algunos como incomprensible para otros. Hasta aquí la explicación de lo que muchos vemos. La pregunta es si podemos pasar de la incompatibilidad al espacio común. Si entre los ríos de opiniones en un sentido y en otro existe la posibilidad de encontrar esos puntos de contacto que lleven a todos a trabajar hacia objetivos comunes.

Ha quedado muy clara la gran capacidad que existe en nuestro país para separar y polarizar. Me pregunto si existe la capacidad para dejar de lado esas diferencias y construir un discurso en el que quepamos todos independientemente de la pasta moral de la que cada quien crea estar hecho.