REINO UNIDO. El miembro más joven de la familia real británica, Archie Mountbatten-Windsor, fue bautizado en una ceremonia familiar demasiado privada, en opinión de algunos, en el Castillo de Windsor.
El arzobispo de Canterbury y titular de la iglesia Anglicana, Justin Welby, bautizó este sábado al hijo de 2 meses de los duques de Sussex en una capilla privada en el castillo.
Las autoridades del palacio dijeron que, apegados a la tradición real, el pequeño vistió un ropón de encaje y satén, una réplica de uno hecho para la hija mayor de la reina Victoria en 1841, que también utilizaron sus primos el príncipe Jorge, la princesa Carlota y el príncipe Luis.
Archie fue rociado con agua del río Jordán sobre una fuente bautismal de plata que ha sido utilizada durante más de 150 años para bautismos reales.
Archie nació el 6 de mayo y es el séptimo en la línea de sucesión para el trono británico.
Los padres, el príncipe Harry y Meghan, han recibido críticas por no permitirle al público asomarse al evento y negarse a revelar los nombres de los padrinos de Archie.
La decisión de no permitir el acceso a la prensa en parte causó controversia debido a la reciente revelación de que el hogar de la pareja, Frogmore Cottage, fue renovado con 2,06 millones de dólares (2,4 millones de libras) de dinero de los contribuyentes.
La fan de la realeza Anne Daley, quien llevó un pastel casero a Windsor, dijo que estaba “muy ofendida” por el nivel de privacidad.
«El bebé es el nieto de la princesa Diana. Deberíamos poder verlo en su bautismo», dijo. (EXCELSIOR)
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