Sin empleo trabajadores de Salud por el desmantelamiento de Prospera

Eli Flores es odontóloga. Desde hace cinco años trabajaba para atender a beneficiarios del programa Prospera, y otros en el Estado de México. Cinco años que se pasó con contratos temporales, sin prestaciones, con la promesa de obtener una plaza si cumplía con metas de productividad que, asegura, siempre sobrepasó. Y sin embargo, ante la desaparición del programa para convertirse solo en becas, se quedó sin trabajo en abril pasado.

De acuerdo al sitio web de Animal Político, no hubo aviso previo ni recibió un finiquito, por lo que de tajo ha tenido que ajustar sus gastos. Con dos hijas pequeñas, de 4 y 6 años, lo primero que pasó fue que dejó de pagarle, a su vez, a la persona que le ayudaba a cuidarlas.

“Sin finiquito, sin liquidación, sin nada. Nada más cobramos la quincena, que fue hasta dos o tres días después. Sí nos pagaron, ¿pero qué haces con una quincena y ya? Dijeron que nos iban a volver a hablar, pero hasta ahorita no hemos tenido respuesta ni nada”, explica.

Este lunes además hizo el esfuerzo de ir desde el oriente del Estado de México hasta Palacio Nacional, para manifestarse junto con medio centenar de odontólogos, nutriólogos, psicólogos y personal administrativo en la misma situación que ella, afuera de la oficina del presidente Andrés Manuel López Obrador, que apenas el jueves pasado aseguró que no había despidos en el sector salud.

“De alguna manera nos tiene incómodos que el señor presidente haya dicho que no hay despidos, ¡cuando nosotros estamos aquí!”, reclama José Luis, uno de sus compañeros.

Oficios entre dependencias

Prospera dejó de existir formalmente el 31 de diciembre de 2018. Su operación y los convenios con los estados quedaron sin validez en esa fecha, explica en entrevista la titular de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, Angélica Ivonne Cisneros. El acuerdo con la Secretaría de Hacienda fue que esos recursos se transmitirían a la Secretaría de Salud, para el programa de Servicios de Salud y Medicamentos Gratuitos, ahora a cargo de la Subsecretaría de Integración y Desarrollo.

Pero en los estados, fue hasta febrero que recibieron un oficio –del que Animal Político tiene copia– en el que se informó a las Secretarías o Institutos de Salud locales que el 25 de enero se había acordado la conclusión del programa, su transformación en el nuevo Programa Becas para el Bienestar de Educación Básica “Benito Juárez”, y la eliminación de las corresponsabilidades que implicaba Prospera.

“No omito señalar que las nuevas disposiciones que al respecto se emitan, se harán de su conocimiento una vez que se determine la reorientación del presupuesto destinado originalmente al componente salud del programa que ha quedado sin vigencia”, concluye el escrito, firmado por Cisneros.

A la jurisdicción 16 del Estado de México, en Amecameca, llegó el 26 de marzo una circular de Recursos Humanos del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), donde informaba sobre la desaparición del programa, pero no exponía consecuencias.

“El personal que labora en dicho programa no causará baja por el momento, por lo que se deberá estar pendiente para la aplicación de los trámites correspondientes a que haya lugar”, señalaba.

Sin embargo, según varios odontólogos consultados, en abril los llamaron para que firmaran un nuevo contrato, solo por 15 días, y les dijeron que si no firmaban no iban a cobrar esa quincena. Ellos aseguran que en enero habían firmado otro contrato de seis meses, como siempre hacían, pero no saben qué pasó con él.

Dos semanas después, el lunes 15 de abril, les dijeron que era su último día de trabajo, que entregaran cualquier material que tuvieran bajo su resguardo y se llevaran sus cosas.

Y fue hasta un día después que se dio a conocer un nuevo oficio de Recursos Humanos, que hacía oficial la noticia.

“El personal que labora en dicho programa causará baja a partir del 16 de abril del año en curso”, señala el documento.

Desde que el programa terminó oficialmente, diversos estados asumieron el pago de algunos de los trabajadores o del cese de otros. En el Estado de México, mil 300 trabajadores estaban en esa situación de temporales pagados por Prospera. El ISEM recontrató a 600, sobre todo médicos y enfermeras, pero ya no alcanzaron los recursos para pagar al resto después de abril.

No despidos, sino terminación de contratos

Eli empezó a trabajar para un programa piloto de unidades móviles médicas del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), hace cinco años, pero con el tiempo Prospera absorbió este programa. Aunque el personal estaba contratado por el organismo local, los salarios se pagaban del presupuesto federal.

Aun así, nunca les dieron plazas, ni prestaciones, y aseguran que nunca les pagaron prima vacacional, aunque sí se estipulaba en sus contratos, siempre temporales, solo por seis meses.

“Algunos teníamos 5 años, desde que inició el programa. Y se supone que de acuerdo a los lineamientos de la Ley del Trabajo, cuando eres un trabajador que ya cumpliste consecutivamente contratos, ya no se te tiene que despedir”, reclama Eli.

Trabajaban por metas de productividad: cada uno de los 87 odontólogos contratados tenía que atender a 160 pacientes al mes, por lo que los manifestantes calculan que se va a dejar de atender a casi 14 mil personas por mes.

Bajo este esquema de metas, ellos no atendían solamente a beneficiarios de Prospera, sino también a comunidades de escuelas primarias, incluyendo niños, padres de familia y maestros, o los mandaban a ferias de salud. Donde se tenía una unidad dental, podían solicitarlos.

“Por eso hay mucha gente que piensa a lo mejor que es mentira lo de nosotros, porque no tenían servicio de odontología como tal. Pero es que nosotros no fuimos contratados específicamente para atender gente de Prospera; Prospera era el programa que financiaba nuestros sueldos, por decirlo así. Mandan un oficio a las jurisdicciones y dicen: te mando este personal y a tu disposición, si te hace falta en escuela, en servicio de salud, módulo, acomódalos. Entonces nosotros estábamos cubriendo espacios donde sí estaba la unidad dental, pero no había el recurso. Cuando ya nos mandan a estos lugares, se eleva la productividad, y ahorita sí se queda gente sin el servicio”, explica Erika Baca, otra de las afectadas.

La comisionada Cisneros confirmó que el programa Prospera no incluía en sus reglas de operación el servicio odontológico, por lo que incluso dijo que se va a revisar por qué el Estado de México había contratado  a casi 90 de estos profesionales, ya que en otros estados si acaso tenían a uno o dos.

Aunque aseguró que en el nuevo esquema de programa de Servicios de Salud y Medicamentos Gratuitos valorarán si hay sillones dentales públicos que estén disponibles, y podría definirse si se busca a alguien que los atienda.

Sostuvo que el fin de Prospera no implicó despidos, sino la terminación de contratos eventuales. La cifra oficial es que el programa operaba con mil 159 empleados de base sindicalizados en todo el país, una nómina que implicaba 515 millones de pesos y que sigue intacta, asegura Cisneros. El resto era personal complementario, que además eran los estados quienes se encargaban de contratar como personal eventual.

Uno de estos contratos era el de Eli, que espera que en los reajustes pueda volver a conseguir un puesto. Pero por ahora, entre oficios de dependencias y cambios de programas, se quedó sin trabajo de un día para otro.

“La verdad es que siempre fue un contrato muy injusto. Ahorita después de 5 años, decirte vete y busca un trabajo. Yo siempre traté de mantener la productividad, y ahorita que soy mamá, me genera un gasto”, se lamenta.

“Es injusto. ¡Y sobre todo que diga que no hay despidos!”.

(ANIMAL POLÍTICO)

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Agencias