Divertida e inverosímil, elegante en lo visual y entretenida como pocas, esta tercera parte tiene claro que se mueve en el mundo estrafalario del cine de acción en donde la lógica no tiene cabida. Y allí radica, precisamente, su valor: en tener claro que es una caricatura de muchas películas que se creen serias y no lo son. Este “John Wick 3 – Parabellum” sabe cuáles son sus limitaciones y sus aciertos y no engaña a nadie en 143 minutos en donde se acumulan las muertes más atroces y el mundo se reduce a peleas, persecuciones y juramentos salvajes.
Ésta es, por lejos, una de las mejores películas del género de acción de este año y también la más inverosímil.
Es un filme que debe ser disfrutado sin ningún complejo, olvidándose en todo momento de la lógica, de la coherencia del relato y de la psicología de los personajes, porque aquí lo predominante es el tono de comedia, de caricatura, un universo casi de cómic por las exageraciones de los actos de sus personajes, la cantidad impresionante de muertos que se acumulan desde el inicio y, sobre todo, porque el protagonista John Wick (Keanu Reeves), parece tener más vidas que un gato.
El espectador debe recordar que John Wick es un feroz asesino, que en el capítulo inmediatamente anterior ha cometido un grave desliz: asesinar a un mafioso en el Hotel Continental, un lugar neutro, donde nadie puede matar ni herir so pena de ser incomunicado, es decir, caer en la categoría de paria y teniendo un monto que asciende a 14 millones de dólares por su cabeza.
Dirigida por Chad Stahelski, quien ha sido el encargado de la saga, “John Wick 3: Parabellum” retoma la aventura justo donde terminaba la segunda entrega: el personaje principal trata de regresar al Hotel, esquivando a todos los que desean matarlo y cobrar la recompensa.
Todos tienen claro que ahora John Wick es un forajido, que su cabeza vale millones de dólares y que nadie puede -ni quiere- apoyarlo, salvo una antigua amiga que vive administrando un local en Casablanca, en compañía de dos enormes perros tan hermosos como letales.
Los elementos más destacados de “John Wick 3 – Parabellum” refieren a su montaje, que logra hacer breves los 143 minutos que dura este filme y los elementos técnicos como la fotografía –brillante y al servicio de la trama- y las coreográficas escenas de peleas, donde los muertos suman decenas.
Este filme tiene un ritmo notable y un formato lleno de imaginación, sacándole pleno partido a escenarios ya vistos, cierto, pero filmados de una manera diferente y aprovechándolos de tal modo que parecen frescos y renovados.
Así, el director logra una impecable agilidad combinando efectos y secuencias prácticas con elementos digitales, algunas de las cuales son sencillamente espectaculares, como aquélla en que el protagonista cabalga en plena ciudad siendo perseguido por cinco motociclistas, culminando la pelea con espadas y puñetes.
Desde luego que puede criticarse la exaltación de la excesiva violencia, pero si se mira el conjunto en el contexto de la caricatura, se entiende que “John Wick 3 – Parabellum” es la exageración de una fórmula, muchas veces repetida en el cine y que acá está filtrada, precisamente, por la inverosimilitud de los hechos que se muestran.
Este filme es un delicado ejercicio fílmico que honra su género de acción: las secuencias de peleas y la coreografía de la violencia desplegada, sobresalen de modo efectivo gracias a la manera en que el realizador fotografía los diferentes escenarios en que transcurre esta historia trepidante.
Es evidente que no se trata de un filme para el agrado del que concibe el cine como un arte: esto es espectáculo, lisa y llanamente, pero hecho con deleite visual, un gran sentido del ritmo y consciente de sus méritos y limitaciones, imposible de ser considerado como algo serio, pero no por ello menos entretenido.
Lo interesante radica en que “John Wick 3 – Parabellum” se convirtió en una saga, partiendo de menos a más, ganando adeptos a pesar de todo y que ya tiene asegurada la cuarta entrega, especialmente por el final que se dibuja con toda nitidez en esta oportunidad.
Junto a Keanu Reeves destacan en breves pero contundentes caracterizaciones Anjelica Huston, Halle Berry, Laurence Fishburne, Ian Mc Shane y Mark Dacas.
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