BUSCANDO

VÍCTOR BÓRQUEZ NÚÑEZ 

Un inteligente thriller policial que está planteado solo desde la óptica de quien maneja un computador, donde los espectadores asisten fascinados a la búsqueda de una chica desaparecida, utilizando para ello todas las redes sociales de manera vertiginosa.

Para el director Aneesh Chaganty, responsable de la muy inteligente “Buscando” (Searching, Estados Unidos, 2018), éste se trata de un estupendo inicio en su carrera como realizador de largometrajes. Y esto, porque su película ha sido aclamada por los críticos, quienes han dicho que si Alfred Hitchcock viviera hoy, ésta habría sido el tipo de filmes que habría realizado.

Lo potente de este debut es que toda la historia gira en torno a una angustiante desaparición y búsqueda de una hija por parte de su padre, quien emplea todos sus conocimientos de las redes sociales para tratar de llegar a descifrar el misterio que lo consume. Su historia, escrita por Aneesh Chaganty junto a Sev Ohanian, narra la desesperada búsqueda de pistas que hace el padre, invadiendo la privacidad de su hija, metiéndose en cada uno de los sitios y plataformas a través de las pantallas del laptop que se le quedó en su casa.

Con una notable economía de recursos, el director sabe contar con pocos detalles la infancia y adolescencia de su protagonista hasta que ésta desaparece, sin mover la cámara de la pantalla del computador, en donde el espectador se va adentrando de cómo las redes sociales y las diferentes plataformas pueden convertirse en una verdadera pesadilla para quien busca una verdad.

Margot, la hija de 16 años de David Kim, desaparece. Nadie sabe nada de ella, nadie la ha visto. Y a medida que el padre empieza a indagar en sus amigos, sus gustos y sus intereses, va descubriendo que hay una cantidad impresionante de detalles que no conoce de su adorada hija. La investigación policial se inicia 37 horas más tarde y sin una sola pista.

Por este motivo, David comienza a adentrarse en el único lugar donde nadie ha mirado todavía y donde se guardan todos los secretos en la actualidad: el computador portátil de la joven, donde este angustiado padre empezará una carrera contra el tiempo: rastrear las huellas digitales de su hija.

Lo brillante, en términos de lenguaje fílmico, es que toda esta película se desarrolla a través de las pantallas de un computador o de un móvil y demuestra la manera escalofriante en que los conceptos de identidad e intimidad desaparecen de una plumada.

El director no aparta en ningún instante la mirada desde el computador y cuando la acción transcurre fuera del entorno familiar utiliza para ellos el visionado de videos desde YouTube o fotos desde Instagram, Facebook o cualquier otra plataforma que le permita construir una nueva realidad.

A este trabajo le suma una buena banda sonora y un excelente montaje, gracias a los cuales logra la inmediata conexión con los espectadores, en especial con los jóvenes que reconocen en el filme las diferentes vías de comunicación que nos brinda actualmente la tecnología, haciendo que un género como el thriller policial se adecua perfectamente a sus características.

Desde luego que en el trasfondo, hay una severa crítica a cómo hoy, a pesar del predominio de la era digital, las relaciones interpersonales son dispersas, débiles y engañosas, situación que queda de manifiesto en que estamos hiperconectados pero literalmente solitarios en un mundo que avanza cada vez de manera más vertiginosa.

En síntesis: “Buscando” no se queda solo en el puro truco, sino que se abre ante el espectador como un magnífico thriller dramático algo típico, pero con buen pulso. En este filme no interesa tanto el suceso en sí, sino cómo podemos acercarnos a ese hecho, las reflexiones que contiene acerca de las diferencias entre las relaciones presenciales y las virtuales.

Lo más inquietante es la pregunta central que lanza a los espectadores: ¿De verdad conocemos bien a la gente que tenemos más cerca? En el caso de la película, además, dicha pregunta resulta todavía más potente: ¿Conocemos de verdad a nuestros hijos?

Así, este filme tiene un estupendo ritmo cinematográfico, saca el mayor provecho a un montaje idéntico al de cualquier película comercial y una banda sonora incidental, lo que genera que las personas terminen viendo una película “normal”, dejando que el estilo “informático” no sea en ningún momento un obstáculo, excepto claro para alguien que definitivamente no esté familiarizado con Facebook, Gmail, YouTube, FaceTime y similares inventos. Aunque ello parece casi imposible.

 

Autor

El Heraldo de Saltillo
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