Monterrey, Nuevo León.- De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 73 por ciento de la población mayor de seis años cuenta con teléfono celular, y tres cuartas partes de ese universo son usuarias de un teléfono inteligente. Sin embargo, poco a poco deja de ser una herramienta para realizar llamadas de voz, para transformarse en una computadora portátil, capaz de enviar mensajes instantáneos, realizar consultas y hasta transacciones bancarias.
Ante dicho fenómeno, Consuelo Yarto Wong, doctora en estudios humanísticos por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y profesora investigadora de la misma institución, analiza el proceso de domesticación de la tecnología, principalmente enfocada en el estudio del celular.
“Tuve que hacer una revisión exhaustiva sobre la domesticación de la tecnología, y la apliqué al uso de los dispositivos móviles, en particular al teléfono celular. Esto me implicó hacer toda una revisión de la literatura, ver los supuestos clásicos, las críticas y las mutaciones que podría tener su uso”.
Domesticación de la tecnología
“La domesticación es un enfoque desarrollado por Silverstone y Hirsch, donde explican que ciertas tecnologías, al momento en que entran al hogar de una persona, se domestican como se hacía anteriormente con los animales o las semillas para cultivos, de manera que se traían del exterior estos elementos y luego se los apropiaban de una manera particular”.
Esto se asocia con el amansamiento, pues se hace el símil con los perros salvajes, los cuales se fueron controlando poco a poco, para después incluirlos en la vida cotidiana de los seres humanos. O, en palabras de la investigadora, significa traer lo salvaje y convertirlo en algo con lo que se pueda habitar.
El proceso involucra una serie de actividades, que son la apropiación, objetización, incorporación y conversión. A través de estas, una tecnología es traída desde el ámbito público donde es producida, hasta el ámbito privado donde es consumida.
“La ‘apropiación’ es el proceso en que traes algo del exterior hacia tu hogar, también un proceso en el que te enteras de qué es la tecnología, para qué sirve, cuánto te costaría adquirirla. Este proceso de tener conciencia sobre la tecnología sería la apropiación”.
Con la ‘objetización’ el usuario adscribe valores cognitivos y estéticos, de manera que la tecnología adquiere un lugar y significado específico en la vida de las personas.
“La ‘incorporación’ tiene que ver con cómo se utiliza en la vida diaria, en un tiempo y un espacio, así como la forma en que se adhiere al capital personal y se funde con la identidad de quien la usa”.
El proceso de ‘conversión’ de la tecnología se integra en la imagen del usuario, con lo que contribuye a la definición de su capital material y simbólico, y se despliega públicamente como una forma de reafirmar cierta posición a través de su propiedad y competencia de uso. (CONACYT)
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