HISTORIAS DE ULTRATUMBA

VÍCTOR BÓRQUEZ NÚÑEZ

Basada en la obra teatral “Ghost Stories”, de su autoría, los realizadores Nyman y Dyson demuestran que el género de terror sigue vigente y cautivando a los espectadores, aunque el resultado final no alcance las cuotas de maestría que se insinuaba en un relato inteligente que de seguro terminará siendo una pieza de culto por su osada experimentación visual.

En 2010, los realizadores Andy Nyman y Jeremy Dyson se dieron a conocer y lograron notoriedad con la obra de teatro “Historias de Fantasmas” (“Ghost Stories”) que en Inglaterra resultó muy aplaudida, sobre todo porque se trataba de una pieza que abordaba el terror, sorprendiendo al público y a la crítica con un estilo inusual, lleno de revelaciones y golpes de efecto.

Debido al éxito obtenido, ambos directores y escritores adaptaron el guion original y adaptaron esta obra teatral al cine, producto de lo cual surgió la cinta “Historias de Ultratumba”, que logra generar interés en el público aficionado a los sobresaltos porque los creadores elaboran su relato con un minucioso trabajo para turbar a la audiencia en un relato visual con una buena dosis de susto y tensión, un formato elegante y buen empleo del lenguaje audiovisual, aun cuando el resultado final esté muy lejos de suponer una pieza maestra.

Todo parte cuando el profesor Phillip Goodman (Andy Nyman), anfitrión de un programa televisivo que denuncia supuestos encuentros con el más allá, comienza a investigar tres extraños casos todavía sin resolver. Involucrándose en las historias, Goodman descubrirá que en su mundo racional y dominado por la lógica existen muchos misterios que él mismo no logra explicar, debiendo aceptar que algo existe en un universo maligno que él siempre ha despreciado.

El motivo central del filme es que  “la mente ve lo que quiere ver”, y por este motivo  mezcla horror, suspenso y misterio, como si todo fuese un original rompecabezas, avanza desde el primer momento manteniendo un enigma por la espalda, el que va creciendo acorde vamos conociendo más detalles guiados por el protagonista.

Un punto a favor de esta película radica en esta manera de contar su historia, empleando un estilo detectivesco e intuitivo el que cobra relevancia cuando los espectadores se ven involucrados en el motivo central de cada uno de los casos presentados, y el que logra mantener la atención, haciendo que esto le confiera mayor calidad a esta cinta, por encima de muchas similares que inundan las pantallas del mundo.

Conviene destacar que existe un gran misterio inicial que, a medida que transcurre el filme, se abre en tres situaciones paralelas, con lo cual se obtiene una historia que avanza en la medida que los propios espectadores vayan uniendo o haciendo encajar las piezas de este enorme rompecabezas audiovisual.

Hay un personaje principal que estudia los elementos sobrenaturales (encarnado por uno de los directores de manera muy plana y poco convincente), al cual le interesa denunciar los clichés que por años han acompañado los relatos sobrenaturales, ofreciendo interesantes reveses en uno más que en otros.

Los tres relatos tienen como protagonistas a un hombre –un vigilante nocturno, un adolescente inusual y un alto ejecutivo– y cada una de ellas tiene su encanto, en lo visual y en lo narrativo y por supuesto logran asustar momentáneamente, pero no alcanzan a generar una atmósfera de mayor calidad, a pesar de tener todos los componentes requeridos para ello. Es evidente que los directores no pudieron trasladar al lenguaje cinematográfico la ironía y la perversidad que, dicen, tenía la obra de teatro original que les sirve de base.

En el plano de las actuaciones sobresale nítidamente el joven Alex Lawther, protagonista de “Black Mirror” (2011), “The End Of The F***ing World” (2018)  y, en especial, interpretando a joven Turing en “El Código Enigma” (2014). Con su rostro particular y su enérgica vibra oscura, de nuevo sorprende con una interpretación al borde del trastorno físico y la locura mental.

En resumen, “Historias de Ultratumba” es una película interesante, bien armada en su conjunto pero que termina siendo un ejercicio de estilo, en vez de alcanzar la intensidad y nivel de abstracción que se suponía, a partir de la calidad de su guion.

De este modo, con muchos guiños hacia películas de culto, este filme termina siendo una cinta experimental, destinada por cierto a convertirse en una pieza de culto en su género, no por lo perfecta, sino por su muy inteligente modo de contar tres historias donde abunda el escalofrío y la angustia.

Un filme ideal para los amantes irrestrictos del género de terror que, una vez más, da muestra de su vigencia y poder de seducción entre los espectadores.

Autor

El Heraldo de Saltillo
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